Gaza, Líbano, Siria, Yemen e Irán: la maquinaria militar de Israel se estira al límite mientras enfrenta una guerra sin precedentes en alcance y costo
Israel libra actualmente una guerra en cinco frentes simultáneos: Gaza, Líbano, Siria, Yemen e Irán. Desde el ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023, el país liderado por Benjamin Netanyahu ha intensificado su presencia militar en toda la región, expandiendo su ofensiva a actores respaldados, directa o indirectamente, por Irán.
A pesar del enorme esfuerzo logístico, económico y humano que representa, Israel continúa sosteniendo esta campaña múltiple gracias a su sofisticado aparato militar, fuerte respaldo político interno y un sistema defensivo de vanguardia que incluye el Domo de Hierro, la Honda de David y los misiles Arrow.
En 2024, el presupuesto militar israelí se disparó un 65%, alcanzando los 46.500 millones de dólares, lo que representa el 8,8% de su PIB, el segundo más alto del mundo después de Ucrania.
El conflicto con Irán, que escaló a un enfrentamiento abierto el pasado 13 de junio, representa el mayor desafío. Aunque el sistema defensivo israelí ha demostrado gran eficacia, algunos misiles iraníes han logrado eludir las defensas, causando muertes y alimentando la presión interna.
Israel ha movilizado hasta 450.000 reservistas, el número más alto de su historia, lo que ha provocado tensiones económicas, sociales y políticas, especialmente con sectores ultraortodoxos exentos del servicio militar. Aun así, el 83% de los israelíes judíos apoyan la ofensiva contra Irán, consolidando una inusual unidad nacional.
Expertos advierten que el factor humano y el suministro de municiones, especialmente con EE.UU. centrado también en Ucrania y conteniendo a China, podrían limitar a largo plazo la capacidad de Israel para sostener este despliegue. Sin embargo, por ahora, la percepción de una amenaza existencial justifica los costos: hasta 750 millones de dólares diarios solo por la guerra con Irán.