Ciudadanos rechazaron la llegada de la presidenta a Loreto y fueron reprimidos con gases y perdigones. Entre los heridos hay civiles y policías. Exigen agua potable, mejor internet y freno a la minería ilegal
La llegada de la presidenta Dina Boluarte a Iquitos encendió la indignación ciudadana. En medio de fuertes protestas sociales, se registraron enfrentamientos entre la Policía Nacional del Perú (PNP) y manifestantes, que dejaron al menos 17 personas heridas, según cifras confirmadas por la Defensoría del Pueblo.
El hecho ocurrió en el contexto del octavo Consejo Regional de Estado que Boluarte clausuró en Loreto. Diversos gremios, como la CGTP y construcción civil, se movilizaron desde tempranas horas en la plaza 28 de Julio para expresar su rechazo a la mandataria. Entre los motivos de la protesta: el reciente aumento de su sueldo, la crisis de seguridad, la minería ilegal y la falta de servicios básicos.
Los ciudadanos intentaron avanzar hacia la villa de la Fuerza Aérea del Perú, pero fueron contenidos a dos cuadras por un fuerte contingente de la Unidad de Servicios Especiales (USE). Allí se desató el enfrentamiento.
Según testigos, los manifestantes lanzaron objetos como cascajos (restos de cemento) a los agentes, y estos respondieron con gases lacrimógenos y disparos de perdigones. Como resultado, 15 civiles y 2 policías resultaron heridos, algunos con lesiones por impacto de perdigones.
Los vecinos de avenidas como Mariscal Cáceres, Soledad, Atlántida y Alzamora también sufrieron los efectos del gas lacrimógeno, y se suspendieron las clases en instituciones educativas cercanas por precaución.
“Los directores nos dijeron que no fueron informados de estos hechos. Si lo hubieran sabido, habrían suspendido actividades desde temprano”, indicó Abel Chiroque Becerra, jefe de la Oficina Defensorial de Loreto.
Chiroque también detalló los cuatro principales reclamos de la población al Gobierno:
- Interconexión eléctrica
- Erradicación de la minería ilegal
- Mejor acceso a internet
- Agua potable
Estas demandas se suman a un contexto nacional marcado por la bajísima aprobación de la presidenta, que según la última encuesta del IEP ha caído de 4% a 3.6%. En Iquitos y otras regiones amazónicas, el rechazo es aún mayor, especialmente entre jóvenes adultos.