Un feriado que honra el sacrificio del aviador inmortal, símbolo de valor y patriotismo en la historia nacional
El 23 de julio se celebra el Día de la Fuerza Aérea del Perú, una fecha que trasciende lo cívico para convertirse en un profundo homenaje a uno de los más grandes héroes de nuestra historia: el capitán FAP José Abelardo Quiñones Gonzales.
Cada año, esta jornada patriótica recuerda el sacrificio del joven aviador que, en 1941, durante el conflicto fronterizo con Ecuador, ofreció su vida por la defensa del país. Con apenas 27 años, Quiñones pilotaba un caza North American NA-50 cuando fue alcanzado por fuego enemigo. En lugar de abandonar la nave, decidió estrellarla deliberadamente contra las posiciones enemigas, destruyendo la artillería rival y protegiendo a su pelotón. Su acto fue tan heroico que fue calificado como un ejemplo supremo de amor a la patria.
Este gesto no solo representó una victoria táctica, sino también un legado moral que ha perdurado en el tiempo. Por ello, en 1966, el Estado peruano instituyó el 23 de julio como el Día de la Fuerza Aérea del Perú mediante la Ley N.º 16126, y más adelante lo oficializó como feriado nacional.
Durante esta fecha, se realizan ceremonias cívico-militares en todo el país. En colegios, plazas y bases aéreas, se recuerda la gesta del «aviador inmortal» con desfiles, homenajes y reflexiones patrióticas. En especial, la ceremonia central en la base aérea de Las Palmas reúne a autoridades, cadetes y veteranos para rendirle tributo.
Más allá de las conmemoraciones oficiales, el ejemplo de Quiñones se transmite de generación en generación como símbolo del deber cumplido y la entrega desinteresada. Su historia sigue inspirando a estudiantes, militares y ciudadanos a servir al país con convicción y honor.
Este 23 de julio, el Perú no solo descansa: también se recuerda, se honra y se renueva el compromiso con los valores que construyen la nación.
