La mandataria peruana arremete contra sus críticos y asegura que las críticas en su contra responden a intereses políticos ajenos a la realidad de su gestión
En su reciente Mensaje a la Nación ante el Congreso de la República, la presidenta Dina Boluarte adoptó un tono defensivo, apelando a la victimización para responder a las crecientes críticas que ha recibido desde su ascenso a la presidencia. Según la mandataria, las acusaciones en su contra no están motivadas por hechos reales, sino por intereses políticos que buscan desacreditarla. «Han intentado convertir a la presidenta en el chivo expiatorio», afirmó Boluarte, sugiriendo que las críticas no se deben a su gestión, sino a una campaña dirigida a culparla por los males que atraviesa el país.
En su intervención, la presidenta recalcó que ha sido objeto de ataques y amenazas de vacancia que, según ella, no se basan en hechos objetivos, sino en oscuros intereses ajenos al bienestar nacional. Sin embargo, estos cuestionamientos vienen no solo de la oposición, sino también de la sociedad civil, que ha señalado posibles actos de corrupción y fallos en la gestión del gobierno.
A pesar de esto, Boluarte se mostró firme en su defensa, afirmando que “la historia sabrá juzgar esas intenciones malsanas” y que, a pesar de los ataques, el gobierno sigue comprometido en «salvar al país». En ese sentido, reiteró su firmeza en la dirección del país, buscando posicionarse como la líder inquebrantable frente a la adversidad política.
Pero la mandataria no solo centró su mensaje en la defensa de su figura. También dedicó palabras duras hacia su principal adversario, el expresidente Pedro Castillo, a quien acusó de intentar “quebrar el estado constitucional” y llevar a Perú hacia la «destrucción y el fracaso». En este sentido, Boluarte reafirmó su rol en la continuidad del Estado y acusó a sus detractores de intentar gobernar con una “ideología de odio” que, según ella, promueve la confrontación y la lucha de clases.
Además, la presidenta recordó su expulsión de Perú Libre, un acto que, según su versión, fue una decisión personal motivada por su rechazo a las políticas radicales del partido, que ella calificó de promover “un enfrentamiento fratricida”. Resaltó que, debido a su “amor profundo por la patria”, no podía seguir formando parte de un proyecto político que alimentaba la polarización y la violencia en el país.
En una parte de su discurso, Boluarte también criticó a aquellos sectores que, a su juicio, han intentado «lavar la cara» a los violentos, señalando que quienes defienden esas ideas se están prestando a un juego perverso de justificación de la violencia, un fenómeno que la mandataria asegura solo trae muerte y destrucción.
Finalmente, la presidenta cerró su intervención reafirmando su compromiso con la democracia y la libertad, agradeciendo a los congresistas y ciudadanos de buena voluntad que, según ella, han sido claves para preservar la estabilidad política y constitucional del país.
El mensaje de Dina Boluarte ha generado una respuesta dividida entre quienes la consideran víctima de una persecución política y quienes la acusan de eludir responsabilidades por la crisis que vive Perú en estos momentos. ¿Logrará superar la ola de críticas que enfrenta o su mensaje a la Nación fortalecerá aún más su imagen de víctima? Solo el tiempo lo dirá.