El megaoperativo “Contención” desató ocho horas de fuego cruzado, drones explosivos y caos en las favelas de Alemão y Penha. El gobernador acusa al gobierno federal de abandonar a Río en su guerra contra el crimen
Al menos 64 personas murieron y 81 fueron detenidas durante el megaoperativo policial “Contención” contra el Comando Vermelho (CV), una de las organizaciones criminales más poderosas de Brasil. La acción, considerada la más letal en la historia de Río de Janeiro, dejó además cuatro policías y varios civiles heridos por balas perdidas.
El despliegue, que comenzó en la madrugada del martes 28, movilizó a 2.500 agentes en los complejos de Alemão y Penha, al norte de Río. Helicópteros, vehículos blindados y tropas de élite avanzaron por aire y tierra en una operación que buscaba capturar a los principales líderes del CV, cuyos movimientos habían sido rastreados durante semanas.
Sin embargo, la irrupción policial fue respondida con una resistencia feroz. Los criminales levantaron barricadas, incendiaron vehículos y utilizaron drones para lanzar explosivos, una táctica inédita que marcó una peligrosa evolución en las estrategias del crimen organizado en Brasil. Durante más de ocho horas, los tiroteos sembraron el pánico en la zona y obligaron a cientos de familias a refugiarse en sus casas.
Cabecillas detenidos y arsenal incautado
Entre los capturados figuran Thiago do Nascimento Mendes (“Belão do Quitungo”), uno de los líderes regionales del Comando Vermelho; Nicolas Fernandes Soares, operador financiero de la organización; y Edgar Alves de Andrade (“Doca” o “Urso”). La policía incautó armas automáticas, municiones y vehículos robados, y anunció que los patrullajes continuarán en los próximos días.
Civiles heridos y miedo en las comunidades
El fuego cruzado también alcanzó a la población civil. Cuatro personas resultaron heridas, entre ellas Kelma Rejane Magalhães, una peluquera de 50 años alcanzada por una bala perdida mientras hacía ejercicio, y una persona sin hogar que fue rescatada por vecinos. “Es aterrador”, relató un residente cuya ventana fue perforada por un proyectil.
Gobernador vs. Gobierno Federal
Tras la operación, el gobernador Cláudio Castro denunció falta de apoyo por parte del gobierno federal. Aseguró haber solicitado sin éxito el préstamo de vehículos blindados y la activación de la Garantía de Ley y el Orden (GLO), que permite el uso de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad.
“Río está solo en esta guerra”, declaró Castro.
Desde Brasilia, el Ministerio de Justicia negó haber bloqueado ayuda y recordó que ha participado en más de 170 operaciones conjuntas desde 2023.
Críticas por violaciones a derechos humanos
El operativo generó una ola de críticas. El diputado Reimont (PT-RJ), presidente de la Comisión de Derechos Humanos, calificó la acción como “la mayor masacre en la historia de Río de Janeiro”.
“La lucha contra el crimen no puede convertirse en una política de exterminio, especialmente contra la población pobre y negra”, advirtió el legislador, quien exigió políticas de prevención e inteligencia en lugar de operativos masivos.
Educación paralizada por la violencia
La violencia desatada llevó a la suspensión de clases en la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), la Universidad Estadual (UERJ), la UFF y varias escuelas públicas y privadas. En total, 48 centros educativos fueron afectados, y las autoridades confirmaron que las clases seguirán suspendidas hasta nuevo aviso.
El operativo “Contención” deja un saldo de dolor, incertidumbre y una pregunta abierta: ¿hasta dónde está dispuesta a llegar Río de Janeiro en su guerra contra el crimen organizado?