Responsable: Nahomi Huallpa Arbito
El Perú despertó el 10 de octubre con un nuevo presidente. En una sesión de medianoche, el Congreso aprobó la vacancia de Dina Boluarte por incapacidad moral permanente, luego de un trámite que se resolvió en menos de ocho horas. Ni siquiera su mensaje a la Nación, emitido horas antes para evitar acudir al hemiciclo, logró frenar el proceso.
Con 122 votos —incluyendo el respaldo de bancadas que antes la apoyaban— se aprobaron cuatro mociones basadas en denuncias de corrupción, abandono de funciones y falta de liderazgo en seguridad ciudadana. Inmediatamente después, José Jerí, entonces presidente del Congreso, juró como nuevo jefe de Estado conforme a la sucesión constitucional.
La salida de Boluarte ocurrió mientras el país enfrentaba una ola creciente de violencia: más homicidios que en todo el 2024, paros de transportistas y casos como el ataque a Agua Marina. A esto se sumaron los escándalos que golpearon su gestión, desde el “Rolexgate” hasta cirugías no informadas, además de la investigación contra su hermano Nicanor.
Pese a haber sobrevivido a intentos previos gracias a sectores conservadores, esos mismos grupos terminaron votando por su destitución. Ahora José Jerí asume la presidencia con el desafío de estabilizar un país en crisis y conducirlo hacia las elecciones de 2026, en un escenario marcado por la desconfianza ciudadana.
