Conforme a la costumbre de la ciudad de los vientos de cada 01 de agosto, la población asistió al Río Juliaca con el fin de recoger piedrecillas planas en señal de dinero y fortuna.
Desde tempranas horas del día, a bordo de vehículos particulares y públicos, cientos de personas se trasladaron al puente Independencia en la salida a Huancané, Maravillas hacia el Cusco y el puente Unocolla en la vía hacia la ciudad rosada de Lampa.
Justamente en este último sector los creyentes muy bien abrigados y portando piquillos, bolsas, palas, linternas y otros objetos, recorrieron toda la orilla del afluente, para recoger las piedras preciosas.
Otros incluso ingresaron a las gélidas aguas, retando contraer alguna infección respiratoria aguda IRA, con tal de acopiar la plata para que en un futuro se haga realidad y pueda darse estabilidad económica.