En el sexto día de Novena en honor a la Santísima Virgen María de la Candelaria, el presbítero Carlos Alberto Londoño Henao, pidió que oremos por la realidad que atraviesa nuestro país. Es importante unirnos en oración y pedirle a Dios que ablande los corazones y nos ayude a encontrar la paz.
Asimismo, reflexionó, en que debemos identificarnos con Cristo, y debemos resaltar las acciones en nuestra vida, para que seamos auténticos hijos de Dios y de la Virgen María. Es precisamente lo que nos hace familia de Dios, escuchar la palabra y ponerla en práctica.
Los que escuchamos la palabra y la ponemos en práctica, somos el pueblo de Dios, y es a donde va dirigida las bienaventuranzas. Dios nos dice: “Bienaventurados los pobres en espíritu”, ¿Qué significa ser pobre? Es necesitar algo, y aquí nos invita a sentirnos necesitados de Dios, porque sentirnos ricos es caer en el egoísmo, en la indiferencia y eso no es lo que edifica el mundo.
La palabra de Dios también nos dice: “Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios”, la virtud de la pureza es grande y tiene como recompensa el poder ver a Dios. Aquellos que son de limpio corazón no son indiferentes o egoístas, no están buscando intereses particulares, más bien procuran el bien común y la justicia.
¿Qué debemos hacer para conservar la pureza y tener limpio el corazón? Debemos vigilar los sentidos, cuidar la vista, evitar caer en el pecado, recurrir a la oración y cumplir los sacramentos.
En estos tiempos difíciles, pidamos a Dios, que nos de la gracia de acercarnos a él por medio de la oración y de su palabra, acerquémonos a Dios, que él sabe ablandar e iluminar las mentes y los corazones.