En la pintoresca región de Puno, se encuentra la historia fascinante de Félix Julián Mamani Quispe, un artista cuyo camino en el mundo del arte fue un viaje lleno de sorpresas y descubrimientos. Inicialmente, su pasión por la poesía y la declamación lo llevó por caminos literarios, pero eventualmente encontró su verdadera voz en el lienzo como pintor costumbrista.
Félix Mamani, nació en 1952 en el tranquilo pueblo de Lampa, conocido como “la ciudad rosada”. Durante sus estudios en el colegio Agropecuario INA 91 de Juliaca, mostró un talento innato para la palabra y la expresión poética. Sus versos cautivan a quienes lo escuchan, transportándolos a los paisajes y emociones de su infancia. Su amor por la declamación lo llevó a participar en eventos y actividades de su colegio y ganarse el seudónimo “El Poeta”, donde su habilidad y pasión se destacaban.
Sin embargo, la vida tenía preparada una sorpresa para Félix. A raíz de la influencia de su hermano mayor, descubrió su pasión por el dibujo y la pintura, donde la expresividad y la capacidad de contar historias a través de la pintura, capturaron su atención de manera irrevocable. Sus instrumentos de trabajo los pinceles, los colores y el lienzo.
Con dedicación y perseverancia, Félix desarrolló su estilo propio en la pintura costumbrista, capturando con precisión y detalle las escenas y tradiciones que había admirado desde su infancia. Sus cuadros reflejan la vida en los pueblos, las festividades tradicionales y las expresiones culturales de Puno, con una sensibilidad que parecía transmitir las emociones de cada personaje retratado.
La vida de los artistas a menudo está llena de desafíos, y Félix no fue una excepción. A pesar de su pasión por la pintura, se vio obligado a dejarla temporalmente debido a motivos laborales y dificultades económicas que afectaron su capacidad de dedicarse por completo al arte.
Hoy en día, a sus 70 años de edad, Félix Mamani, sigue dedicándose a la pintura. Sus obras han sido exhibidas en galerías de Juliaca y Puno, despertado el interés de coleccionistas y amantes del arte. La vida y obra de este artista, nos recuerdan la importancia de seguir nuestra pasión, incluso si nos lleva por caminos inesperados.
Por: Lishner Botetano