En su mensaje de Navidad, el Pontífice insta a la reconciliación y a la negociación para poner fin a los conflictos bélicos que azotan el mundo
En su tradicional mensaje de Navidad, el Papa Francisco apeló a la paz mundial, especialmente en Ucrania y Gaza, dos de los escenarios más devastados por la guerra. En el marco de su bendición «Urbi et Orbi» del 25 de diciembre, el Pontífice, de 88 años, llamó a las naciones en conflicto a entablar conversaciones para poner fin a los sufrimientos que millones de personas viven diariamente.
En relación con la guerra en Ucrania, el Papa expresó su preocupación por la situación del país devastado por los ataques rusos. «Que se silencie el ruido de las armas en una Ucrania desgarrada por la guerra», instó el Pontífice, subrayando la necesidad de «audacia» para abrir la puerta a la negociación y la reconciliación entre los enemigos. Este llamado llega horas después de un «enorme» ataque aéreo por parte de Rusia, que sigue la tendencia de intensificar los bombardeos sobre la infraestructura ucraniana en un conflicto que se prolonga ya por tres inviernos consecutivos.
A pesar de las críticas pasadas que recibió por sugerir que Ucrania podría tener el «coraje de la bandera blanca» para iniciar negociaciones, las relaciones entre el Vaticano y Ucrania parecen haberse suavizado. El presidente ucraniano, Volodmyr Zelensky, agradeció públicamente la mediación del Papa en la liberación de prisioneros y se mostró dispuesto a explorar vías diplomáticas hacia la paz.
El Papa Francisco, que ha sido firme en su postura de respeto a la «integridad territorial de Ucrania», continúa insistiendo en la importancia de un acuerdo negociado, sin desestimar los esfuerzos internacionales que buscan frenar el conflicto. Este mensaje es especialmente relevante en un contexto donde varios actores políticos, como el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, también han manifestado su deseo de poner fin a la guerra mediante un acuerdo pacífico.
Más allá de Ucrania, el Papa también dedicó palabras de consuelo y esperanza a Medio Oriente, donde los conflictos, especialmente en Gaza, siguen cobrando un alto precio en vidas humanas. «Que haya un alto el fuego, que se libere a los rehenes y se preste ayuda a la gente agotada por el hambre y por la guerra», manifestó Francisco, destacando la difícil situación humanitaria que afecta a la región.
En su mensaje, el Pontífice subrayó la «extremadamente grave» situación en Gaza, donde más de 45,000 palestinos han perdido la vida y más de 100,000 han quedado heridos a raíz de la guerra con Israel. Francisco instó a que se investiguen las acusaciones de genocidio en el contexto del conflicto, calificando los recientes ataques aéreos israelíes como «crueldad».
Además, el Papa dedicó palabras a otras regiones en conflicto, como el Líbano, Siria y el Congo, y llamó a una paz más amplia que contemple el fin del terrorismo, los desplazamientos forzados y los efectos devastadores del cambio climático.
El Papa también inauguró el Año Jubilar de la Iglesia Católica, un momento simbólico que promueve el perdón y la reconciliación, invitando a todos los fieles a reflexionar sobre el significado de la misericordia de Dios, que se manifiesta especialmente en tiempos de guerra y sufrimiento. En este contexto, Francisco destacó la necesidad de «derribar los muros ideológicos» y fomentar la paz, no solo entre naciones, sino también en los corazones de las personas.
Con la apertura de la «Puerta Santa» en la Basílica de San Pedro, el Papa recordó a los fieles que el perdón y la paz deben ser valores centrales para superar las divisiones del mundo. Al mismo tiempo, hizo un llamado a las autoridades políticas, especialmente en América, para promover la armonía social y atender las necesidades más urgentes de las poblaciones más vulnerables.
El Papa, que pronunció su mensaje desde el balcón de la Plaza de San Pedro en silla de ruedas debido a problemas de salud, sigue siendo una figura central en la promoción del diálogo y la paz en un mundo marcado por conflictos y divisiones.