Temor y represión en Caracas ante la investidura de Maduro


Investidura de Maduro
Investidura de Maduro

A medida que se acerca la investidura de Maduro, crece el control militar y la represión en las calles de Caracas

A medida que se aproxima la investidura de Nicolás Maduro para un tercer mandato, la capital venezolana, Caracas, se ve envuelta en un clima de creciente temor. Las calles, antes escenario de luchas por la democracia y la justicia, ahora se han convertido en un espacio donde la represión y el control militar parecen estar al alza, mientras los ciudadanos temen por su seguridad y libertad.

El 28 de julio, Nicolás Maduro fue proclamado ganador en unas elecciones presidenciales muy cuestionadas, con denuncias de fraude y manipulación por parte de la oposición y observadores internacionales. Desde ese momento, el Gobierno ha desplegado una demostración de fuerza sin precedentes, aumentando el número de oficiales de seguridad y policía en las calles, además de realizar múltiples detenciones de figuras de la oposición, incluidos activistas y candidatos presidenciales como Edmundo González Urrutia.

Represión política y detenciones masivas

Los últimos días han sido testigos de una serie de arrestos, con al menos 2.000 personas detenidas tras las protestas desatadas por los resultados electorales. Entre los arrestados se encuentra Rafael Tudares, yerno de González, y otros líderes opositores y defensores de derechos humanos. Esta serie de detenciones está siendo vista como un intento del Gobierno de «decapitar políticamente» cualquier movimiento de resistencia.

«Significa encerrar a un líder para asustar a todo el movimiento, ya sea político o de derechos humanos», explica Gonzalo Himiob, director de Foro Penal, organización que brinda asistencia legal a prisioneros políticos. Los arrestos recientes, como el de Carlos Correa, un activista de derechos humanos, y Enrique Márquez, ex candidato presidencial, son considerados como un intento de sofocar cualquier protesta antes de la investidura de Maduro este viernes.

El temor a la represión se extiende a las redes sociales

La represión no solo se limita a las calles. Las redes sociales también son un campo de guerra. Recientemente, la cuenta de Instagram de la Dirección General de Contrainteligencia Militar de Venezuela compartió un video en el que se muestra una mano golpeando una puerta en medio de la noche, un mensaje claro para aquellos que se atreven a desafiar al Gobierno. «Maduro y sus aliados están demostrando que no van a tolerar ninguna disidencia, y la gente tiene miedo», expresó el diplomático anónimo a CNN.

Medidas de seguridad extremas y presencia militar en las calles

En un intento por sofocar cualquier intento de protesta, el Gobierno de Maduro ha incrementado la presencia militar en Caracas y otras ciudades clave. El 1 de enero, Maduro desplegó al Ejército en las calles para «garantizar la victoria de la paz». A su vez, las fuerzas de seguridad han intensificado los controles en puntos clave, como las rutas al aeropuerto, con policías y militares armados hasta los dientes, generando una sensación de acoso y miedo constante.

«Es realmente tenso. No es normal tener contrainteligencia militar a cargo de los controles en la carretera al aeropuerto», relató Gerardo, un guía turístico local, quien comentó sobre la creciente paranoia en la ciudad.

El peligro para los líderes opositores y la creciente movilización

La figura de Edmundo González, el principal rival de Maduro en las elecciones, sigue siendo un foco de atención. A pesar de las amenazas y el riesgo personal, González ha prometido regresar a Caracas para interrumpir la ceremonia de investidura de Maduro, un acto que lo ha convertido en un «enemigo del Estado» según el Gobierno. La reacción ha sido rápida: el Ejecutivo ha emitido una recompensa de 100.000 dólares por su captura y ha prohibido la entrada al país a varios líderes latinoamericanos que lo apoyan.

Por su parte, María Corina Machado, una de las principales líderes opositoras, ha convocado a manifestaciones masivas para el jueves, anticipando que podría ser el primer enfrentamiento serio entre el Gobierno y sus críticos. «Uno intenta no ser paranoico, pero vas a las calles y ves tantos policías, tantos de ellos buscándote, es difícil mantenerse tranquilo», señaló un líder de la oposición en el estado de Aragua, que prefirió mantenerse en el anonimato por seguridad.

Venezuela: un país al borde del colapso

La situación en Venezuela no solo refleja un clima de represión, sino también de desconfianza generalizada hacia el Gobierno. Algunos diplomáticos creen que las acciones de Maduro podrían estar señalando una creciente paranoia dentro de su propio régimen. «El hecho de que el Gobierno esté enviando otros cuerpos de seguridad para integrar a los que ya están en las calles indica que también desconfían dentro de sus propias filas», afirmó un diplomático en Caracas.

Para muchos venezolanos, esta nueva ola de represión parece un capítulo más en un ciclo interminable de expectativas y frustraciones. Nathaly, una madre que fue testigo de la detención de su hijo en agosto, describe cómo el miedo y la angustia se han convertido en una constante para las familias en Venezuela: «Cada madre en Venezuela tiene el mismo miedo: no nos quiten a nuestros hijos», concluyó.

Mientras el país se prepara para la investidura de Maduro, las calles de Caracas se llenan de incertidumbre y temor, con un futuro que parece cada vez más sombrío para aquellos que se atreven a desafiar al régimen.