En la misa del segundo domingo del tiempo ordinario, el reverendo Carlos Londoño Henao recordó la importancia de seguir el ejemplo de la Virgen María
En la misa del segundo domingo del tiempo ordinario, el párroco del Santuario de la Virgen de la Candelaria, Carlos Londoño Henao, recordó a la feligresía que todos estamos llamados a contemplar y escuchar la voz del Padre, hecha carne en su Hijo Jesucristo. Advirtió que no sólo debemos quedarnos con la Virgen María, en procesión o encima de un anda, sino en la relación que existe con el Hijo del Altísimo, nuestro Señor Jesucristo. “Al igual que ella, nosotros también debemos buscar esa relación”, indicó.
Explicó que, al igual que en las bodas de Caná, la Virgen María no quería que se terminara la fiesta. “La Virgen quería que la multitud se mantuviera en la alegría, quería que beban el vino de Dios que mantenía la fraternidad y el buen ambiente festivo. Eso hay que vivirlo hoy en día; todos los bautizados estamos llamados a vivir en una fiesta y alegría constante”, indicó el párroco.
Recordó que, si bien es cierto que todos tienen diferentes dones y condiciones de vida, así como cualidades, todos deben tener un solo espíritu, el de mantener siempre la unidad espiritual. Dijo que hoy todos estamos llamados a alimentar nuestra espiritualidad, a poco de iniciar las novenas en honor a la Virgen de la Candelaria. “Todos estamos llamados a ofrecer lo mejor de nosotros, para alimentar nuestra fe y devoción”, expresó.
Manifestó que las bodas de Caná son un acontecimiento de amor. En alusión a este pasaje bíblico, preguntó: “¿Amamos verdaderamente a la Virgen de la Candelaria o simplemente la utilizamos?” Una vez más recordó que la Sagrada Imagen no nos hablará. “Ella simplemente repetirá lo que dijo en las bodas de Caná: ‘Hagan lo que Cristo Jesús les diga’. Todos están invitados a volver a la palabra de Jesús y hacer que nuestras vidas se transformen”, indicó.
