El atacante, Fan Weiqiu, fue condenado a muerte tras su acto de violencia en Zhuhai, mientras el país intensifica su respuesta a una ola de ataques contra civiles
China ha ejecutado a Fan Weiqiu, un hombre de 62 años, por el ataque más letal registrado en el país en la última década, que dejó un saldo de 35 personas muertas. El crimen ocurrió el 11 de noviembre en Zhuhai, cuando Fan condujo su automóvil contra una multitud en un centro deportivo, provocando una tragedia que ha conmocionado a la nación. Fan, quien fue condenado a muerte por un tribunal local, fue ejecutado poco más de tres semanas después de su sentencia.
Este ataque se suma a una serie de incidentes violentos que han sacudido a China en los últimos meses, incluidos otros ataques al azar contra civiles. En el caso de Fan, las autoridades explicaron que su motivación fue una combinación de un matrimonio fallido y lo que él consideró un acuerdo de divorcio injusto. En su fuga, el atacante intentó suicidarse, pero fue arrestado y llevado al hospital antes de su juicio.
El mismo día, otro hombre, Xu Jiajin, de 21 años, fue ejecutado en Wuxi por un ataque con cuchillos que mató a ocho personas en un campus universitario. Xu había matado a sus víctimas después de no haber recibido su certificado de graduación y sentirse insatisfecho con su pasantía. Estos casos han generado un intenso debate en China, un país conocido por sus bajas tasas de criminalidad, debido a sus estrictos controles y vigilancia masiva.
Las autoridades chinas, encabezadas por el presidente Xi Jinping, han intensificado las medidas de seguridad y pedido castigos severos para disuadir futuros ataques. En las redes sociales, la noticia de las ejecuciones ha recibido un apoyo abrumador, con miles de usuarios celebrando las penas como una forma de justicia.
A pesar de su postura severa, China sigue siendo uno de los países con las tasas más bajas de delitos violentos en el mundo, debido a sus estrictos controles de armas y un sistema de vigilancia omnipresente. Sin embargo, la reciente ola de violencia ha sorprendido a la sociedad, que está acostumbrada a un entorno relativamente seguro.
La ejecución de estos dos hombres pone de relieve la respuesta rápida y drástica del gobierno chino ante el aumento de los ataques violentos, un fenómeno que ha dejado una profunda huella en la opinión pública del país.
