La ordenanza aprobada por el Gobierno Regional de Puno reconoce al Lago Titicaca como un ser vivo con derechos propios, marcando un avance clave para su protección y conservación
Victoria histórica para el medio ambiente en Perú: El lago Titicaca ha sido reconocido como sujeto de derecho, un paso trascendental para su protección y conservación. Esta histórica decisión fue tomada por el Gobierno Regional de Puno, que aprobó por unanimidad una ordenanza que establece que este cuerpo de agua navegable más alto del mundo posee derechos propios, entre los que se incluyen el derecho a existir, mantenerse, ser restaurado y regenerado.
La ordenanza, que es resultado de la lucha de la Red de Mujeres Lideresas en Defensa del Lago Titicaca, incorpora un enfoque ecocéntrico para la gestión del lago, priorizando su preservación a largo plazo. Soraya Poma Cotrado, presidenta de la organización, destacó que este es un reconocimiento a la cosmovisión ancestral de los pueblos originarios, que consideran al lago un ser vivo y no simplemente un recurso explotable.
Además, la nueva norma establece mecanismos de participación ciudadana, vigilancia ambiental y colaboración entre diversas instituciones para garantizar la sostenibilidad del lago. La propuesta también insta al Congreso de la República a reconocer este derecho a nivel nacional, lo que sería un paso fundamental para proteger el Titicaca de amenazas como la contaminación.
Este logro también abre un precedente para la recuperación del lago, que en las últimas décadas ha sufrido la contaminación por residuos domésticos y desechos mineros, especialmente en áreas cercanas a Juliaca, Puno y Huancané. De acuerdo con el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), más de 30 distritos del lado peruano del lago presentan altos niveles de contaminación.
Con la creación de un Consejo de Cuenca del Titicaca, donde las comunidades locales jugarán un papel fundamental, se espera que se implementen programas de educación intercultural y proyectos de restauración ecológica.
Esta victoria no es un hecho aislado, sino parte de una tendencia más amplia en Perú y América Latina hacia el reconocimiento de los derechos de la naturaleza. Un antecedente importante fue el fallo que, en marzo de 2024, reconoció al río Marañón como titular de derechos, sentando un precedente para otras cuencas y ecosistemas de la región.
Con el reconocimiento del Lago Titicaca como sujeto de derecho, Perú avanza en la consolidación de un marco legal que busca integrar la justicia ecológica y los derechos de los pueblos originarios en la protección de los recursos naturales. Esta decisión también fortalece la gobernanza ambiental al incorporar los conocimientos y la participación activa de las comunidades locales en la protección de sus territorios.
Este es solo el comienzo de un camino largo y comprometido por la justicia ambiental, que promete un futuro más equilibrado para el Titicaca y sus comunidades.