Así se elige al Papa: el riguroso proceso del cónclave en la Capilla Sixtina


Capilla Sixtina

Desde el voto secreto hasta el humo blanco: los 133 cardenales electores siguen una tradición minuciosamente regulada por siglos de historia para elegir al nuevo pontífice

A solo dos días del inicio del cónclave, el Vaticano se prepara para una de las ceremonias más solemnes y decisivas de la Iglesia Católica: la elección del 267º Papa. El proceso, que se desarrolla bajo estrictas normas establecidas en la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis, combina ritual, sigilo y tradición.

Los 133 cardenales electores ingresarán a la Capilla Sixtina, donde se les entregarán papeletas especiales con espacio para escribir el nombre del elegido. Tras una oración y el juramento individual de cada cardenal, “Pongo por testigo a Cristo Señor…”, los votos son depositados en una urna sobre el altar.

Antes de cada votación, se sortean roles clave entre los cardenales, como los tres escrutadores, los infirmarii (quienes recogen los votos de cardenales enfermos) y los auditores que verifican el proceso. Si las papeletas no coinciden con el número de votantes, se anula la votación y se repite.

El recuento se realiza públicamente dentro de la Capilla: las papeletas son leídas en voz alta, hiladas para su conservación y luego quemadas. El humo que sale de la chimenea indica al mundo el resultado: negro si no hubo elección; blanco si se ha elegido al nuevo Papa.

Para ser elegido, el candidato debe obtener al menos dos tercios de los votos: en esta ocasión, 89. Si tras varias votaciones no se alcanza un consenso, se introducen pausas de oración y reflexión. En caso de persistir el desacuerdo, se vota entre los dos candidatos con mayor apoyo, excluyéndolos de esa última ronda.

Las votaciones se realizarán dos veces por la mañana y dos por la tarde, hasta lograr la elección. Así, bajo un estricto marco de espiritualidad, tradición y secreto, se elegirá al nuevo líder de la Iglesia Católica.

Fuente: Vatican News