León XIV: el nuevo rostro de la iglesia católica con alma peruana


Papa León XIV

Desde el balcón de la Basílica de San Pedro, el nuevo pontífice dirigió su primer mensaje al mundo con palabras que resonaron con fuerza en el corazón de miles de peruanos

En un giro que une continentes, lenguas y culturas, la Iglesia Católica ha elegido como nuevo Papa al cardenal Robert Prevost, quien adoptará el nombre de León XIV. El anuncio, hecho por el cardenal Dominique Mamberti tras la cuarta votación del cónclave, marca el inicio de un pontificado que, aunque con raíces estadounidenses, respira con el alma de América Latina, y en especial del Perú.

Nacido en Chicago en 1955, Prevost no es un nombre ajeno a los fieles peruanos. Su historia con el país comenzó en 1985 como parte de una misión agustiniana en Piura, y se consolidó con una década de liderazgo en el seminario de Trujillo. Más adelante, su cercanía con el pueblo de Chiclayo, donde fue obispo y luego ciudadano naturalizado, cimentó un vínculo espiritual y humano que marcó profundamente su vocación pastoral.

Desde el balcón de la Basílica de San Pedro, el nuevo pontífice dirigió su primer mensaje al mundo con palabras que resonaron con fuerza en el corazón de miles de peruanos. Con voz serena y en un castellano claro, evocó su paso por Chiclayo, donde (como él mismo dijo), “un pueblo fiel acompañó a su obispo y compartió su fe”, lo que es no solo un gesto simbólico; sino una declaración de identidad.

León XIV representa una nueva etapa, quizás más abierta a los márgenes, más sensible a la realidad del sur global. Su elección no es solo la de un nuevo líder espiritual, es una oportunidad para que la Iglesia se mire a sí misma con otros ojos, desde otras periferias. Y en ese espejo, se ve reflejado con nitidez y orgullo.