El ex premier advierte que la designación de Eduardo Arana como nuevo jefe del gabinete busca blindar a la presidenta Boluarte y responde a acuerdos vinculados al Presupuesto General, revelando una crisis institucional y retroceso democrático.
En entrevista con Radio Onda Azul, el ex premier y excongresista Javier Velásquez Quesquén cuestionó los recientes cambios en el Consejo de Ministros y la dirección del gobierno de Dina Boluarte. Velásquez denunció que la designación del nuevo premier, Eduardo Arana, no responde a criterios técnicos ni políticos, sino a un intento por proteger a la presidenta y asegurarle impunidad hasta que termine su mandato en julio de 2026.
El ex premier señaló que la renuncia de Gustavo Adrianzén, primero negada públicamente por él mismo y luego confirmada, refleja una crisis interna y posibles negociaciones políticas de último minuto. Para Velásquez, estos movimientos están ligados directamente al debate y aprobación del Presupuesto General de la República, en especial al controversial anexo 5, donde se concentran proyectos promovidos por congresistas sin asignación presupuestal.
Además, Velásquez advirtió que se habría negociado la permanencia o retiro de funcionarios vinculados a la Autoridad Nacional de Infraestructura (ANIN), que buscaba reducir costos al Estado y unificar proyectos de inversión. La resistencia de algunos sectores, interesados en mantener cuotas de poder, habría influido en los cambios ministeriales y en la repentina autorización del viaje de la presidenta al Vaticano.
Finalmente, el ex congresista remarcó que el país atraviesa un retroceso institucional y democrático, donde decisiones clave se toman bajo acuerdos ocultos y en función de intereses particulares. Alertó que, de seguir esta ruta, el escenario político rumbo al 28 de julio del próximo año será de mayor inestabilidad, desconexión con las demandas sociales y pérdida de legitimidad del gobierno.