León XIV asume el papado con un llamado a la unidad y contra la explotación de los pobres


Papa León XIV
Papa León XIV

El primer Papa estadounidense con nacionalidad peruana condena el abuso económico y promete una Iglesia sin juegos de poder durante su histórica misa inaugural en la Plaza de San Pedro

En una emotiva y multitudinaria ceremonia en la Plaza de San Pedro, León XIV fue investido oficialmente como el papa número 267 de la Iglesia católica. Su misa inaugural estuvo marcada por un fuerte mensaje social y eclesial, con el que condenó la explotación de los pobres y llamó a la unidad dentro de una Iglesia marcada por tensiones internas.

Convirtiéndose en el primer papa estadounidense de la historia, León XIV fue recibido con entusiasmo por unos 100.000 fieles congregados en el Vaticano, donde recorrió la plaza en el tradicional papamóvil. Durante el trayecto, saludó a la multitud y besó a un niño, mientras los cánticos de “¡Viva el papa!” llenaban el aire.

La ceremonia, de aproximadamente dos horas, contó con la presencia de líderes mundiales como el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, y altos funcionarios de EE. UU. como el vicepresidente J. D. Vance y el secretario de Estado Marco Rubio. También estuvo presente la presidenta del Perú, Dina Boluarte, país donde el nuevo pontífice sirvió como misionero y obispo durante años.

Un mensaje claro desde el inicio

En su primera homilía como papa, León XIV dejó en claro cuáles serán los pilares de su pontificado. Condenó la propaganda religiosa, los juegos de poder dentro de la Iglesia y pidió reconciliación entre las corrientes reformistas y conservadoras que se intensificaron durante el mandato de su antecesor, Francisco.

Además, arremetió contra un sistema económico global que “explota los recursos de la Tierra y margina a los más pobres”, señalando una clara continuidad con la línea social del papa Francisco. «No fui elegido por méritos propios», declaró León XIV, «sino como un hermano que desea ser servidor de su fe y de su alegría».

También hizo un llamado por la paz mundial, clamando por un alto al fuego en Ucrania y orando por las víctimas en Gaza, “donde niños, familias y ancianos están reducidos al hambre”.

Tradición y emoción

La misa incluyó la entrega de los símbolos del papado, como el palio tejido en lana de cordero y símbolo de cuidado pastoral y el anillo del pescador, emblema de su autoridad como sucesor de San Pedro. León XIV se mostró visiblemente emocionado al recibir el anillo, mirando su dedo con recogimiento mientras la plaza estallaba en aplausos.

El anillo, según informó el Vaticano, lleva una imagen de San Pedro y el escudo del papa grabado en su interior. Las lecturas de la misa se centraron precisamente en la figura del apóstol Pedro y su papel como pastor universal.

Aunque las coronaciones papales han quedado en el pasado, la ceremonia conservó su solemnidad, destacando la humildad del nuevo pontífice, quien se presenta como “servidor de todos” y no como figura de poder.