Desde tempranas horas, en el templo San Juan de Letrán de Juli, se desarrolló la misa de albas, con motivo de la solemnidad de la Inmaculada Concepción de María, cuya fecha central de celebración es cada 8 de diciembre. Varios feligreses participaron bajo estricto cumplimiento de las medidas de bioseguridad.
El obispo de la prelatura de Juli, Monseñor Ciro Quispe, señaló que el templo San Juan de Letrán es la casa de la Virgen María. Existe un significado teológico de esta aseveración, dijo. Asimismo, resaltó la necesidad de la apertura de los templos que por muchos años han sido catalogados como museos.
Un grupo de integrantes de la asociación cultural y tradicional Q’arapulis o Quena Quena 14 de Setiembre, también participaron en la actividad religiosa. “Desde el año 1534 hacia adelante la danza se practica generalmente en el mes de setiembre, pero en la fiesta patronal, el obispo nos ha invitado”, dijo el presidente del conjunto.
La profesora Cesárea Luna Olvea, señaló que la devoción hacia la Virgen María, le fue transmitida por su madre. “Ella siempre llegaba a la misa de albas con su braza y yo hasta ahora sigo practicándolo (…), agradezco a quienes promueven la fe hacia el Señor y la Virgen”, dijo.
La representante de la hermandad “Inmaculada Concepción de María”, Yudy Cordero, señaló que, pese a la pandemia, la feligresía reafirma su fe y devoción a la Virgen María. “Este año recién se esta consolidando la hermandad y nos estamos organizando para renovar la indumentaria de la Virgen”, declaró.
