Acoso político en Puno: Dos casos ya tipificados como violencia psicológica


Acoso político en Puno
Acoso político en Puno

Manuela Ramos alerta sobre el persistente hostigamiento hacia mujeres en espacios de poder

Manuela Ramos visibiliza acoso político en la región de Puno, con dos casos tipificados como violencia psicológica hasta el momento. La mesa de trabajo desarrollada junto a la Red de Mujeres Autoridades de la Región Puno (REMARPU) reunió a representantes de distintas instituciones para exponer testimonios, avances y obstáculos que siguen enfrentando las autoridades mujeres en el ejercicio de sus funciones. Durante la jornada, se evidenció que el acoso político continúa siendo una problemática persistente en los espacios de poder local.

Entre las participantes destacaron la congresista Ruth Luque, la vicegobernadora Eladia Margot de la Riva, la regidora de Sandía Mónica Yurley y representantes del Jurado Nacional de Elecciones, quienes coincidieron en la necesidad de fortalecer los mecanismos de denuncia, protección y sanción ante los casos de hostigamiento. Asimismo, se discutió la importancia de una respuesta más articulada entre instituciones para evitar que este tipo de violencia siga afectando el desempeño de las lideresas puneñas.

En entrevista para este medio, Gianella Ramos, representante de la oficina zonal del Movimiento Manuela Ramos, sostuvo que los dos casos actualmente tipificados como violencia psicológica reflejan con claridad el impacto directo del acoso político contra mujeres autoridades. Indicó que estos episodios muestran patrones de presión, deslegitimación y desgaste emocional que buscan limitar su participación, y advirtió que aún existen vacíos institucionales que dificultan la atención oportuna de las denuncias.

La mesa de trabajo concluyó con propuestas que apuntan a impulsar reformas normativas e institucionales, establecer rutas claras de coordinación intersectorial y promover escuelas políticas para mujeres con enfoque de género y pertinencia cultural. Asimismo, se reiteró la necesidad de incidir políticamente para garantizar la paridad y alternancia en los procesos electorales, como estrategias fundamentales para enfrentar la persistencia del acoso político en la región.