Burocracia impidió donación de nicho para menor fallecido en Jayllihuaya


menor fallecido en Jayllihuaya
menor fallecido en Jayllihuaya

Sociedad de Beneficencia de Puno alegó trámites administrativos pese al avanzado estado de descomposición del cuerpo

Los trámites burocráticos y administrativos impidieron que la Sociedad de Beneficencia de Puno concrete la donación de un nicho para la sepultura del cadáver de un menor de edad no identificado, hallado el 01 de diciembre de este año en el centro poblado de Jayllihuaya, en el distrito y provincia de Puno.

La presidenta del directorio de la entidad, Marylin Lanza Arocutipa, recordó que la solicitud fue remitida el 18 de diciembre por la Facultad de Trabajo Social de la Universidad Nacional del Altiplano, donde se advertía que los restos del menor ya se encontraban en proceso de descomposición, debido a que el sistema de refrigeración de la morgue había dejado de funcionar.

No obstante, en la última sesión extraordinaria virtual, el directorio de la Beneficencia desestimó la entrega del nicho en calidad de donación, argumentando la existencia de procedimientos administrativos y legales. “Para nosotros, como institución, es una llamada de atención, porque estos casos deberían ser atendidos humanitariamente”, señaló la funcionaria, quien precisó que no se trató de una negativa directa, sino de trámites engorrosos.

Lanza Arocutipa lamentó que actualmente la Sociedad de Beneficencia de Puno subsista de sus negocios, señalando que “los cementerios son un negocio”. Ante esta situación, anunció que en la próxima sesión del directorio se propondrá la disposición de un espacio destinado a casos similares, aunque el menor ya no recibió una respuesta oportuna.

En medio de llantos, oraciones y cortejo fúnebre, se realizó la sepultura del menor de edad hallado sin vida en el centro poblado de Jayllihuaya, en el distrito y provincia de Puno, luego de que el niño no fuera identificado por las autoridades ni se hayan presentado familiares para el reconocimiento del cadáver. Cabe precisar que era necesaria la sepultura del cadáver, toda vez que había fallas en la cámara de refrigeración de la morgue.

El entierro se llevó a cabo en el cementerio de Jayllihuaya, gracias a la donación de una fosa por parte de la municipalidad del centro poblado. Estuvieron presentes algunas autoridades de la zona, representantes de algunas entidades, así como estudiantes de la Facultad de Trabajo Social de la Universidad Nacional del Altiplano de Puno y vecinos de otras zonas, quienes acompañaron en el último adiós.

Previamente, se celebró una misa de cuerpo presente, presidida por el párroco de la parroquia Santiago Apóstol de Jayllihuaya, Berly Bryan Condori Espetia, quien destacó la disposición solidaria de las autoridades del centro poblado y de las estudiantes universitarias. Señaló que el menor representa un signo de unidad, humanidad y amor, afirmando que “es un signo donde encontramos esperanza ante hechos dolorosos e inhumanos”.

El sacerdote reflexionó que, pese a no conocerse su nombre, fecha de nacimiento ni familiares, el menor recibió una sepultura cristiana y humana, resaltando que “hoy tiene un nombre y un apellido; la familia Álvarez Zúñiga ha decidido acogerlo”, indicó. Asimismo, en el marco de la Navidad y el Año Nuevo, se elevaron oraciones por todos los niños del mundo. También invitó a evaluar cómo se vive como sociedad y qué aspectos se deben mejorar, especialmente frente a situaciones de abandono y deshumanización.