Refieren que falta formar a las nuevas generaciones con virtudes, que les ayude a ser transparentes con uno mismo y con los demás
Carlos Miguel Mestanza, diácono de la Diócesis San Carlos Borromeo de Puno, explicó que, para tener el perdón de Dios primero se debe estar arrepentido de los pecados, luego cumplir con la penitencia y obtener la absolución con la intención de no volver a pecar.
“El sentido de la confesión es aceptar que hemos ofendido a Dios con nuestro actuar, por eso es bueno reconocer y arrepentirnos, recordemos que Jesús dice en el evangelio que no basta con ser bueno” dijo.
La penitencia, es una acción que se realiza para resarcir el daño que se hizo. Por eso el sacerdote que confiesa les ayuda a que las cargas de culpabilidad sean liberados mediante oración o una acción en beneficio del prójimo.
Respecto a la conciencia, dijo que falta formar a las nuevas generaciones con virtudes, que les ayude a ser transparentes con uno mismo y con los demás.