Cinco medidas complementarias que ayudan a prevenir la anemia en los bebés y las gestantes


medidas complementarias que ayudan a prevenir la anemia
medidas complementarias que ayudan a prevenir la anemia

La anemia en una gestante puede presentar fatiga, debilidad y mayor riesgo de complicaciones como un parto prematuro, o hemorragias luego de dar a luz

“Prevenir la anemia en madres gestantes y niños es fundamental para garantizar un desarrollo saludable. Para lograrlo tanto la madre como los bebés deben consumir el suplemento de hierro que el MINSA les otorga a ellas en el embarazo y a sus niñas y niños desde los cuatro meses de edad, pero, además, se deben aplicar cinco medidas complementarias que ayudan decididamente en la prevención de la anemia” señala Maria Elena Ugaz, Oficial de Desarrollo Infantil Temprano de UNICEF.

La primera es el control del embarazo y del crecimiento y desarrollo integral del bebé desde que nace. Es importante tener en cuenta que es en la semana 14 del embarazo que la gestante recibe el suplemento de hierro que debe consumir hasta treinta días después del parto. En el caso del bebé, es en el cuarto mes que recibe el suplemento, al sexto mes se le realizará su primer dosaje de hemoglobina lo que permitirá saber si el bebé tiene anemia o no y determinar cómo se continuará el consumo del suplemento. Acudir a los controles permite prevenir y detectar a tiempo la anemia gestacional e infantil.

Luego el clampaje o corte del cordón umbilical al momento de nacer este debe hacerse dos o tres minutos después de que nace el niño o niña. Al hacerlo se le brinda 75 mg de hierro como hemoglobina – lo que representa 25% de hierro adicional- un aporte que le permitirá prevenir la anemia en los primeros seis meses de vida.

La tercera medida es la lactancia materna exclusiva los primeros seis meses de vida, que proporciona al bebé todos los nutrientes y líquidos que requiere, le brinda seguridad emocional y las defensas para protegerlo de las enfermedades.

La cuarta medida se aplica a la gestante como al bebé a partir de los seis meses de edad, que es cuando además de la leche materna debe consumir otros alimentos. La dieta de la madre embarazada y del bebé desde los seis meses de edad debe basarse en alimentos ricos en vitaminas, minerales y proteína de alta calidad como la sangrecita, el hígado, el pescado de carne oscura, entre otros.

La quinta medida está relacionada con la prevención de infecciones que puedan deteriorar la Salud del bebé. Para ello es muy importante el correcto lavado de manos con agua y jabón, y el consumo de agua clorada o hervida.

Según la ENDES 2023 la prevalencia de la anemia en los niños y niñas de 6 a 35 meses se ha incrementado en 4.3 puntos porcentuales. En el 2021 llegó a 38,8% y para el 2023 subió a 43.1%. Esta subida se ha registrado en 16 de las 25 regiones del país sobre todo en las regiones de la costa y en Lima Metropolitana.

Consecuencias de la anemia en la madre y el niño

En la gestante: puede presentar: fatiga y debilidad, mayor riesgo de complicaciones como un parto prematuro, o hemorragias luego de dar a luz.

En el bebé: puede nacer con un peso inferior al normal lo que incrementa el riesgo de problemas de salud en el corto y largo plazo. Puede reducir hasta en 9% la capacidad de aprender en comparación a quien no lo ha tenido. Afecta además el desarrollo del lenguaje, memoria y la capacidad de exploración.

La anemia es un problema que tiene un gran impacto en el Desarrollo infantil temprano. Los tres primeros años de vida corresponden al periodo de crecimiento más acelerado del cerebro, se producen de 700 a 1,000 conexiones neuronales por segundo, que son la base del desarrollo cognitivo, físico y social y emocional del niño o niña.  Lamentablemente si un bebé presenta anemia no puede lograr el desarrollo máximo de su potencial. Y eso se evidencia desde los primeros años de vida escolar y pasa factura permanentemente a lo largo de la vida. Es por eso, que se vuelve imprescindible tomar atención a las medidas básicas para evitar que la anemia alcance a las gestantes y los niños y niñas en sus tres primeros años de vida.

La responsabilidad de la prevención es una tarea compartida por la familia, que debe promover el consumo del hierro y las medidas complementarias, y el Estado que desde una intervención intersectorial debe generar las condiciones para que estas medidas se puedan cumplir. En un país como Perú es importante asegurar que el agua segura, los alimentos nutritivos y la lactancia materna estén al alcance de todas las gestantes y sus bebés.