Transporte informal, semáforos obsoletos y descoordinación entre municipios agravan el tráfico a nivel nacional
Alberto Morisaki, gerente de Estudios Económicos de la Sociedad Automotriz del Perú, mencionó que el Perú atraviesa una grave crisis de congestión vehicular, que afecta no solo a Lima, sino a múltiples ciudades del país. Agregó que las causas de este problema son múltiples, estructurales y de larga data.
“No tenemos un sistema eficiente, seguro ni sostenible con el medio ambiente. Es informal, ineficiente y no satisface las necesidades de movilidad de los peruanos”, indicó. Además, la falta de fiscalización estatal permite el crecimiento del transporte informal, lo que impide que el sistema formal sea financieramente sostenible.
Explicó que a ello se suma la existencia de un sistema semafórico obsoleto, con tecnología que data de los años 50, sin capacidad de adaptarse a los flujos vehiculares reales. En otras ciudades del mundo, los semáforos están sincronizados y responden al tráfico en tiempo real, mientras que en Perú operan de forma anticuada, contribuyendo al caos vial.
Otro problema identificado es la falta de planificación en el diseño vial. Según mencionó, muchas obras como bypasses, ciclovías o puentes son construidas sin estudios técnicos adecuados. “Cada municipalidad actúa por su cuenta, sin coordinación ni fiscalización. No hay una autoridad central que planifique el tránsito. Quienes deciden son políticos, no ingenieros de tránsito”, señaló.
Finalmente, hizo un llamado urgente a las autoridades para que dejen de improvisar y prioricen la planificación técnica, con una visión integral y de largo plazo. “Estamos al borde del colapso vial. Si no se toman decisiones firmes y coordinadas, el país seguirá perdiendo competitividad y calidad de vida”, detalló.