La Universidad Nacional de Lenguas del Vraem atenderá a más de 32 mil jóvenes con carreras ligadas al cacao, turismo y biodiversidad; será financiada con el canon gasífero de la zona
Con 105 votos a favor, el Pleno del Congreso aprobó este miércoles la creación de la Universidad Nacional de Lenguas del Vraem de Kimbiri, una casa de estudios que busca atender a más de 32 mil jóvenes de los distritos ubicados en el Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem), una de las zonas históricamente más olvidadas del país.
La nueva universidad estará ubicada en el distrito de Kimbiri, en la provincia de La Convención, Cusco, y se enfocará en carreras profesionales vinculadas a la realidad productiva de la zona, como el cacao, el turismo ecológico y la biodiversidad.
El proyecto, que unifica tres iniciativas legislativas y ya había sido debatido el pasado 4 de septiembre, fue aprobado por una amplia mayoría y quedó exonerado de segunda votación. Solo cinco congresistas votaron en contra y cuatro se abstuvieron.
Durante el debate, el congresista Alejandro Soto, presidente de la Comisión de Presupuesto, destacó que la municipalidad de Kimbiri se comprometió a construir la infraestructura y garantizar su funcionamiento inicial con recursos provenientes del canon gasífero. Según datos presentados en el Congreso, el 93.5% de la población local apoya esta inversión.
Otros congresistas resaltaron el valor social y simbólico de la iniciativa. Para el presidente de la Comisión de Educación, Segundo Montalvo, esta universidad representa una respuesta concreta a décadas de abandono: “Estamos hablando de una inversión estratégica para romper el círculo de la pobreza mediante la educación”, dijo.
Por su parte, Luis Aragón subrayó que esta medida beneficiará a más de medio millón de personas en los distritos del Vraem, mientras que Waldemar Cerrón sostuvo que la universidad contribuirá a la «industrialización y masificación del conocimiento» en la región.
Con esta aprobación, el Vraem, una zona asociada históricamente a conflictos, pobreza y narcotráfico, da un paso hacia una educación superior pública más inclusiva y descentralizada, que podría marcar un cambio profundo en su futuro.