Tras detectarse manipulación de su tobillera electrónica y amenazas de fuga, el expresidente fue trasladado de arresto domiciliario a prisión
El expresidente brasileño Jair Bolsonaro fue enviado a prisión preventiva el sábado 22 de noviembre, luego de que la Corte Suprema detectara un intento de manipular su tobillera electrónica y un posible plan de fuga. Tras meses bajo arresto domiciliario, Bolsonaro fue trasladado a dependencias policiales “para garantizar el orden público”, según la orden emitida por el juez Alexandre de Moraes, relator del caso.
La decisión se produjo luego de que se registrara una concentración de apoyo frente a su residencia, convocada por su hijo Flávio Bolsonaro, que podría haber facilitado una evasión. El magistrado señaló que la aglomeración de simpatizantes aumentaba el riesgo de desobediencia y fuga, especialmente tras los indicios de manipulación del dispositivo de monitoreo.
El juez recordó además que varios aliados del expresidente ya han intentado evadir la justicia brasileña, incluyendo a su hijo Eduardo Bolsonaro y Alexandre Ramagem, quienes abandonaron el país pese a restricciones legales. Esto refuerza la hipótesis de una red organizada que podría facilitar la fuga de Bolsonaro si se relajan las medidas en su contra.
En septiembre, Bolsonaro fue condenado a 27 años de cárcel por intentar un golpe de Estado en 2022 tras perder las elecciones frente a Luiz Inácio Lula da Silva. Inicialmente, cumplía arresto domiciliario, pero la Corte Suprema confirmó que deberá cumplir su condena en régimen cerrado.
Sus abogados solicitaron mantener la detención domiciliaria por “razones humanitarias”, citando problemas de salud derivados de la puñalada que sufrió en 2018 y otros padecimientos. Sin embargo, la Corte rechazó la solicitud y Bolsonaro permanecerá bajo custodia total, mientras su defensa anuncia nuevos recursos legales para apelar la sentencia.
