En Cusco, un efectivo de la Policía tomó la decisión de salir a las afueras de casa, para instalarse en una carpa y así evitar contagiar la COVID-19 al resto de su familia.
El efectivo, diagnosticado recientemente con el nuevo coronavirus, duerme dentro de una tienda de campaña con una cama improvisada con paja y envuelto en varias frazadas para evitar las bajas temperaturas que azotan la sierra sur del país.
Asimismo, hasta ese lugar ha traslado sus medicamente y algunos enseres como un termo, con agua caliente para contrarrestar el malestar en la garganta y el frio.
Este caso evidencia la delicada y precaria situación en la que se encuentra el sistema de salud.
Fuente: La República