La Catedral de Puno fue el escenario de una emotiva despedida en honor al Papa Francisco, destacando su legado espiritual y humano tras doce años de pontificado
En un acto de profunda solemnidad, la Catedral de Puno fue escenario de una emotiva misa exequial en homenaje al Papa Francisco, quien, tras doce años de pontificado, partió a la casa del Padre.
La celebración fue presidida por monseñor Jorge Pedro Carrión Pavlich, obispo de la Diócesis de Puno, junto al obispo de la Prelatura de Ayaviri, fray Benigno Condori Chuchi, quien recordó el espíritu pascual que envuelve esta despedida: “El Papa Francisco tuvo la dicha de partir a la casa de Dios en el inicio de la octava de Pascua”, al tiempo de destacar la misión apostólica de Pedro y Pablo, la riqueza evangélica, la fidelidad y la fortaleza necesarias para construir la Iglesia de Cristo.
Recordando la vida de Jorge Mario Bergoglio, quien asumió el nombre de Francisco en el cónclave del 2013, remarcó que, desde su nacimiento en Buenos Aires en 1936, priorizó su servicio a Dios. Muestra de ello fue su labor como provincial de la Compañía de Jesús, durante años difíciles en Argentina, su nombramiento como obispo auxiliar y luego arzobispo de Buenos Aires, hasta ser elegido como Sumo Pontífice de la Iglesia Católica.
El obispo de Ayaviri repasó el legado magisterial de Francisco, mencionando sus principales encíclicas y exhortaciones apostólicas: Lumen Fidei, Laudato Si’, Fratelli Tutti, Amoris Laetitia, Evangelii Gaudium, entre muchas otras, obras que seguirán siendo materia de estudio y meditación para el pueblo de Dios.
También destacó gestos emblemáticos del pontificado de Francisco, como el lavado de pies a reclusos en Jueves Santo, su visita a Lampedusa en defensa de los migrantes, su llamado a la paz en Tierra Santa y su humildad al decir: “¿Quién soy yo para juzgar?”, al ser consultado sobre temas delicados. Además, recordó la soledad del Papa en la Plaza de San Pedro vacía durante la pandemia, así como sus esfuerzos diplomáticos en el restablecimiento de relaciones entre Cuba y EE. UU.
Finalmente, fray Benigno reafirmó el pedido constante de Francisco durante su vida: “Recen por mí”. Ahora, señaló, es el Papa quien intercede desde la casa del Padre: “Santo Padre Francisco, ruega por nosotros que aún peregrinamos en este mundo”, expresó.
Por su parte, monseñor Jorge Pedro Carrión Pavlich, obispo de la Diócesis San Carlos Borromeo de Puno, recordó las distintas exequias papales que ha presenciado a lo largo de su vida y recalcó la unidad de la Iglesia: “No somos Iglesias aisladas, sino una sola, unida en la oración”, dijo.
Monseñor Jorge destacó la relación histórica y espiritual que lo une a Francisco, recordando que fue el mismo Papa quien eligió a fray Benigno como obispo de la Prelatura de Ayaviri.