El consuelo nos habla al oído en el presente y nos infunde una esperanza que nos hace encarar el futuro desde la seguridad y la confianza de saber que, no nos encontramos solos en medio del “desierto” de nuestros miedos y dudas; puntualizó Víctor Igor Cárcamo párroco del templo San Juan Bautista de Puno.
Ante esa situación de desolación del pueblo de Israel, Dios toma partido de una vez para siempre, se coloca al frente del rebaño como un pastor amoroso, su consuelo va acompañado de acciones que orientan y abren caminos desde la seguridad y la confianza.
Este segundo domingo de Adviento significa consolarnos, sacarnos de nuestra desesperanza y torpeza, de modo que, no nos venzan las cosas malas que nos envuelven, para no dejar que nada ni nadie nos quite la paz del corazón y nuestros deseos de ser mejores y hacer un mundo mejor donde habite la justicia y la paz.