El Santo Padre experimentó una crisis respiratoria este 28 de febrero, pero su estado se estabilizó tras recibir tratamiento médico inmediato.
El Papa Francisco vivió un episodio crítico de salud el 28 de febrero, cuando sufrió una repentina crisis de broncoespasmo, lo que provocó un empeoramiento en su condición respiratoria. El Vaticano informó que, tras una mañana de fisioterapia respiratoria y oración, el Pontífice presentó una crisis aislada de broncoespasmo, que se complicó con un episodio de vómito con inhalación.
Afortunadamente, el personal médico actuó rápidamente, sometiéndolo a una broncoaspiración y comenzando la ventilación mecánica no invasiva, lo que permitió una buena respuesta en los intercambios gaseosos. Durante este proceso, el Papa Francisco se mantuvo vigilante y cooperativo con las maniobras terapéuticas.
Aunque la crisis se resolvió en cuestión de horas, los médicos del Vaticano han indicado que será necesario un periodo de 24 a 48 horas para evaluar su condición general y los efectos a largo plazo de este episodio. Se confirma que el Pontífice está estabilizado y continuará bajo monitoreo en los próximos días.
Fuente: Aciprensa