Durante una oración ecuménica por la paz en el Coliseo de Roma, el Pontífice exhortó a poner fin a las guerras y la indiferencia, y destacó la fuerza de la oración como camino de unión entre los pueblos.
El Papa León XIV se unió el martes 28 de octubre a líderes de diversas religiones para conmemorar el 60.º aniversario de Nostra aetate, la declaración de la Iglesia Católica sobre las relaciones con las religiones no cristianas. El encuentro, organizado por la Comunidad de Sant’Egidio, reunió a cerca de 300 representantes religiosos y culturales en una oración ecuménica por la paz realizada en el Coliseo de Roma. Durante su mensaje, el Santo Padre resaltó que “la paz es un camino constante de reconciliación” y agradeció la presencia de los líderes religiosos, destacando la fuerza de la oración como medio de unión y reconciliación entre los pueblos.
León XIV exhortó a poner fin a las guerras, al abuso de poder y a la indiferencia frente a la justicia, afirmando con firmeza: “¡Basta ya de guerra, con todo el dolor que causa!”. Además, instó a no permanecer indiferentes ante “el clamor de los pobres y de la tierra”, e hizo un llamado a trabajar por una “nueva era de reconciliación” que supere la violencia y el egoísmo. En el emotivo acto, los asistentes encendieron velas y levantaron pancartas con la palabra “paz” en distintos idiomas, simbolizando su compromiso con el diálogo interreligioso y la esperanza de un mundo más justo.
Tras la oración en el Coliseo, el Papa participó en las celebraciones organizadas en el Vaticano, que incluyeron expresiones artísticas multiculturales y una muestra sobre el diálogo interreligioso promovido desde el pontificado de Pablo VI. En su discurso final, León XIV recordó que “toda la humanidad pertenece a una sola familia” y que las religiones, cada una a su manera, buscan responder al anhelo de sentido y paz del corazón humano. “Tenemos la responsabilidad de llevar esperanza a un mundo tentado por la desesperación”, concluyó el Pontífice, subrayando que la oración puede transformar los corazones y abrir caminos hacia la paz verdadera.