En el mes de los matrimonios, explican sobre el sirvinacuy, práctica ancestral que se mantiene vigente en comunidades quechuas y aimaras


Sirvinacuy

En el mundo andino, el sirvinacuy y el matrimonio no solo simbolizan el amor entre dos personas, sino que representan un compromiso colectivo, basado en la reciprocidad, la espiritualidad y la responsabilidad compartida ante la comunidad

En el espacio cultural de Radio Onda Azul, Juan Vilca Vilca explicó sobre el sirvinacuy y el matrimonio en el mundo andino, en el marco del mes de los matrimonios, dijo que no son solo expresiones de afecto entre dos personas, sino prácticas ligadas al ámbito social, espiritual y económico de las comunidades quechuas y aimaras.

“El sirvinacuy no es simplemente una convivencia o un ensayo de matrimonio, como a veces se piensa desde fuera, sino un proceso educativo y social que permite a la pareja asumir responsabilidades compartidas”, dijo y añadió que, durante esta etapa, la pareja convive sin necesidad de un contrato civil o religioso, pero bajo la mirada atenta de la comunidad, que evalúa su compromiso, cooperación y armonía.

Esta práctica forma parte de la lógica de reciprocidad, como el ayni y complementariedad andina, donde el amor no es solo un sentimiento íntimo, sino una construcción colectiva, “se espera que la pareja trabaje junta en las labores del campo, en el hogar y en la crianza de animales, fortaleciendo así la relación afectiva y comunitaria”, indicó.

Dijo que, el matrimonio andino, por su parte, representa la formalización de esta unión, se trata de una ceremonia con gran contenido simbólico y espiritual, que va más allá del simple acto legal, “se realizan ofrendas a la madre tierra para garantizar la fertilidad, la prosperidad y la armonía de la nueva familia”, explicó y añadió que este ritual se realiza frente a toda la comunidad, marcando el paso de lo privado a lo público.