Precisan que, debido a la falta de entes fiscalizadoras, los programas sociales del Perú son propensos a la filtración de la corrupción.
El docente universitario y analista político, Luis Vilcatoma, se refirió a los programas sociales del Perú, los mismos que son proyectos y acciones derivadas de los objetivos de los programas estatales y municipales, que se orientan a superar uno o más rezagos en servicios e infraestructura básica, a fomentar la economía social, o a apoyar directamente a las familias.
Si embargo, precisó que de no cumplirse con las metas que se encuentran establecidas, agregado a ello se tienen escandalosas irregularidades como las registradas en el programa Qali Warma y la posible afectación a 16 niños del distrito de Cabana, de la provincia de San Román, evidentemente la ciudadanía no puede ver las contribuciones o trabajos que se viene realizando.
A ello se suma que en la actualidad los programas sociales carecen de entes fiscalizadores, que garanticen la entrega de buenos productos o servicios y que con ello se tenga mayor confianza por parte de los beneficiarios, “se tiene dos dimensiones, uno es lo que dice o indica el director que informa todo lo bueno, pero en la parte ejecutiva y resolutiva existen una serie de mediaciones que no son controladas adecuadamente, sobre todo preventivos y es ahí donde se filtra la corrupción”, puntualizó.