El presidente depuesto de Bolivia, Evo Morales, denunció que en su país se está gestando un nuevo golpe de Estado, con el objetivo de «instaurar un gobierno de civiles y militares».
El exmandatario señalo que para realizar este plan Estados Unidos habría enviado aviones con armas, además de desplazar francotiradores a El Alto y Chapare, en Bolivia.
En estas ciudades se vienen llevando a cabo protestas contra el aplazamiento de las elecciones generales en este país. Con respecto estas movilizaciones, Morales afirma que los militares «pretenden usar armas de calibre 22 y 25 para culpar de enfrentamientos a movimientos sociales».