La crisis económica en Bolivia alcanza su punto máximo en la frontera con Perú. En Desaguadero, la devaluación del boliviano marca un histórico récord con el sol peruano superando los 5 bolivianos
La ciudad binacional de Desaguadero, ubicada en la frontera entre Perú y Bolivia, vive una jornada que pasará a la historia como uno de los peores momentos económicos para Bolivia. El 15 de mayo de 2024, el tipo de cambio alcanzó un récord histórico: el sol peruano superó los 5 bolivianos, alcanzando una brecha nunca antes vista en la relación entre ambas monedas. Este evento, denominado como un «día negro» por los propios bolivianos, refleja la creciente inestabilidad económica que azota al país altiplánico.
Según fuentes locales, en el mercado paralelo de Desaguadero, el tipo de cambio se ubicó en un valor de hasta 4,65 bolivianos por sol para la compra y un alarmante 5,18 bolivianos por sol para la venta. Este desajuste representa una caída sin precedentes en la moneda boliviana, que, en cuestión de 48 horas, vio cómo su valor se desplomaba frente al sol peruano. En días previos, el tipo de cambio rondaba los 4,16 bolivianos por sol en su valor de compra.
A pesar de una ligera corrección en la jornada siguiente (16 de mayo), los valores continuaron elevados, situándose en 4,50 bolivianos por sol para la compra y 4,85 para la venta. Estos picos volátiles en la frontera reflejan la presión que enfrenta el boliviano, cuya devaluación es percibida con creciente alarma por los habitantes de la región.
La crisis económica y su impacto en Desaguadero
La ciudad de Desaguadero, que históricamente ha sido un puente comercial entre Perú y Bolivia, hoy refleja el dolor de una economía boliviana golpeada por la inflación, la escasez de productos básicos y una crisis política que se entrelaza con las tensiones electorales. La creciente devaluación del boliviano ha llevado a muchos ciudadanos bolivianos a cruzar la frontera no solo en busca de productos de primera necesidad, sino también en busca de soles peruanos, considerados como una moneda más estable en tiempos de incertidumbre.
El fenómeno ha generado que muchos bolivianos prefieran realizar transacciones en soles y, aún más, que busquen dólares, a pesar de que el tipo de cambio oficial en Bolivia es de 6,90 bolivianos por dólar. En lugar de acudir al mercado local para obtener divisas, muchos optan por ir a Perú para adquirir soles, lo que ha incrementado el dinamismo en el comercio fronterizo y alterado aún más el flujo de divisas.
¿Cómo afecta esta crisis a los bolivianos y peruanos?
Para los ciudadanos peruanos, esta situación representa una ventaja en términos de poder adquisitivo en Bolivia. Al tipo de cambio actual de 4,50 bolivianos por sol, un peruano puede obtener 450 bolivianos por 100 soles, lo que les permite gastar con mayor facilidad en el mercado boliviano.
Sin embargo, para los bolivianos que desean cruzar al Perú, la situación es más difícil. El tipo de cambio de 4,85 bolivianos por sol para la venta significa que, al intentar adquirir soles, se enfrentan a una pérdida significativa en su poder de compra. La devaluación del boliviano limita sus posibilidades de gastar con la misma facilidad en Perú, afectando tanto a los comerciantes como a los viajeros.
Un escenario incierto
La crisis económica de Bolivia está lejos de resolverse. El país se enfrenta a una combinación de factores que incluyen la escasez de combustibles y alimentos, la falta de acceso a dólares y una creciente presión política que se refleja en las manifestaciones organizadas por figuras como Evo Morales. Además, la incertidumbre aumentará conforme se acerquen las elecciones presidenciales de este año, lo que podría generar nuevas tensiones tanto internas como en la relación con sus países vecinos.
Desaguadero, en su rol de microcosmos fronterizo, se convierte en un fiel reflejo de las tensiones y desafíos que enfrentan ambos países. La volatilidad del tipo de cambio y la inestabilidad económica seguirán marcando el rumbo de la región en los próximos meses, mientras los ciudadanos de ambos lados de la frontera tratan de adaptarse a una nueva y difícil realidad económica.