El estudio de Wired Consulting, sobre la “Generación Alfa” refiere: «a medida que la tecnología se desarrolle, la comunicación entre humanos y máquinas, será cada vez más común…”
El investigador en educación de niños Hahiro Heshiki nos ofrece en la publicación japonesa Seikyo Shimbun, un estudio acerca de la importancia que tiene el empleo de las manos como una de las vías más importantes para el aprendizaje en general, sobre todo en los niños. La mano en sí, no tiene la función de pensar dice Heshiky, pero todos tenemos la experiencia de que las manos se relacionan con el pensamiento.
Siendo prácticos en esta apreciación, nos daremos cuenta que muchas veces cuando entramos en acción, utilizamos básicamente las manos relacionándolo con operaciones mentales, inclusive complicadas, entonces el ingreso de los conocimientos privilegia el hecho no solo que veamos, toquemos, olamos o saboreemos, sino que las manipulemos una y otra vez y, aquí viene la frase del filósofo Chino Confucio: “Me lo contaron y lo olvidé; lo vi y lo entendí; lo hice y lo aprendí”. Por esta razón, en la educación de los niños, la significación del uso de las manos, es aún más importante, pues desde el simple jugar, hasta aprender el uso de los utensilios, vestirse, construir objetos lógicos, etc., conducirán el accionar por procedimientos correctos para lograr un aprendizaje significativo.
Sin embargo, en la casa, en el hogar, donde el niño tiene prohibido agarrar muchas cosas (casi todas?) por los peligros – según los adultos – que pueden sufrir los niños. Si a esto se agrega la invasión de una serie de artefactos domésticos que son tan prácticos, que han hecho perder aceleradamente las oportunidades para hacer trabajar las manos, que consecuentemente va a neutralizar e impedir el aprendizaje de la coordinación viso-motora, que es importante y determinante para su futuro.
Una educación integral no puede ni debe perder de vista la esencia humana desde una concepción de HOMO SAPIENS y también de HOMO FABER (hombre que hace o fabrica), y para hacer, se tiene que emplear las manos; por estas consideraciones, el gran reto de los padres de familia en el siglo XXI, es inducir a sus hijos a un aprendizaje entre la observación y la acción; reitero, me refiero a los padres de la generación de oro de las décadas del 70, 80, 90, para que transmitan ese privilegio de humanidad, de la práctica de valores éticos, morales y espirituales en que nos formamos; evitemos que nuestros hijos y nietos sean parte de la generación del ocaso de la humanidad, del embrutecimiento masivo, que es una característica de la generación “alfa”, que fue precedido por la generación “Z” o post – milénica.
La realidad es única, y nos muestra que los nacidos a partir del 2010 crecen en un entorno digital, con todo el conocimiento a solo un click, entorno digital que afecta en cierto modo su formación y experiencia vivencial y va definiendo el interactuar con sus semejantes; nosotros, somos testigos que los avances tecnológicos que estamos experimentando, cambia vertiginosamente el comportamiento social y económico de la humanidad.
Definitivamente, directa o indirectamente las nuevas tecnologías marcan nuestro ritmo de vida y, en cierta medida, moldean nuestra personalidad; por ello, “la generación Alfa”, es la máxima expresión de este cambio, porque vivimos a través de las pantallas. Entonces debemos de asumir y comprender que el impacto de los acontecimientos globales y los cambios tecnológicos, económicos y sociales, definen el comportamiento de una generación de personas. La generación Alfa, tiene la tecnología para conocer el mundo; para ellos, poca importancia tiene el contacto físico con sus semejantes, contrario a lo que fue en las generaciones anteriores.
El estudio de Wired Consulting, en relación a la “Generación Alfa” refiere: «a medida que la tecnología se desarrolle, la inteligencia artificial y la voz se convertirán en métodos de comunicación cada vez más comunes entre humanos y máquinas, así los teclados y pantallas darán paso a interfaces basadas en gestos y conversaciones entre dispositivos y humanos».
Como padres de familia, preocupados en el futuro de nuestros hijos y nietos, debemos asumir y buscar estrategias de control de los “objetos tecnológicos”, que marcan el presente y marcarán el futuro de esta generación, como son los:
o Dispositivos móviles.- Los “smartphones y tablets” que ya son prevalentes en la generación Alfa.
o Asistentes virtuales.- Que son los algoritmos de procesamiento de datos, que van haciendo las experiencias cada vez más personalizadas, y las nuevas interfaces, ofrecerán otras formas de comunicación.
o Juguetes y accesorios tecnológicos.- Los juguetes con inteligencia artificial, que son vistos como atractivos, simpáticos y divertidos en la niñez y la juventud, aumentan la concepción sobre lo que la tecnología puede hacer por nosotros desde la infancia.
Por: José Calisaya