Dimisión del premier se produce un día antes del debate de mociones en su contra y tras cambios ministeriales que no lograron frenar la presión parlamentaria
Gustavo Adrianzén presentó su renuncia al cargo de presidente del Consejo de Ministros en medio de una creciente presión política y a pocas horas de que el Congreso debatiera dos mociones de censura en su contra.
La decisión del premier se da tras los recientes cambios en el gabinete —con nuevos titulares en Economía, Transportes e Interior— realizados por la presidenta Dina Boluarte en un intento por apaciguar los ánimos en el Parlamento, sin lograr el efecto deseado.
La salida de Adrianzén se produce en un contexto de fuerte cuestionamiento por sus declaraciones minimizando el secuestro y posterior asesinato de 13 mineros en Pataz, hallados sin vida y con signos de tortura.
La reacción del premier generó indignación en la opinión pública y en diversos sectores políticos, que consideraron su postura como una muestra de desconexión con la problemática de la inseguridad en el país.
Fuerza Popular, bancada liderada por Keiko Fujimori, había anunciado su respaldo a la censura, criticando duramente la respuesta del gobierno y exigiendo cambios inmediatos. Con una mayoría parlamentaria dispuesta a removerlo, Adrianzén optó por anticiparse al voto de censura y presentar su dimisión, sumando así una nueva crisis al debilitado gobierno de Boluarte.