Japón hace historia: Sanae Takaichi es la primera mujer en asumir el cargo de primera ministra


Japón hace historia

Con un gobierno paritario, promesas de inversión masiva y una visión reformista, Takaichi enfrenta el reto de liderar una nación marcada por el tradicionalismo, el declive demográfico y la presión geopolítica en Asia

Japón ha marcado un hito político al designar, por primera vez en su historia, a una mujer como jefa de Gobierno. Sanae Takaichi, líder del Partido Liberal Democrático (PLD), fue elegida este martes como primera ministra tras intensas negociaciones parlamentarias, convirtiéndose en una figura clave en la transformación política y social del país.

La elección de Takaichi ocurre en un contexto de crisis interna, luego de que el PLD perdiera su mayoría parlamentaria tras un escándalo financiero. Pese a las turbulencias, logró forjar una alianza estratégica con el Partido Japonés de la Innovación, de corte reformista, para concretar su nombramiento.

Admiradora de Margaret Thatcher y cercana al expresidente Shinzo Abe, Takaichi ha prometido impulsar una política de inversión pública masiva para reactivar la economía nipona y recuperar competitividad frente a potencias regionales como China y Corea del Sur. Su llegada ha sido bien recibida por los mercados financieros, reflejándose en un alza significativa en la Bolsa de Tokio.

En el plano social, ha anunciado un gabinete más igualitario, con una presencia femenina sin precedentes, y busca elevar la escasa representación femenina en el Parlamento, actualmente en apenas 15 %. Además, deberá enfrentar desafíos estructurales como el envejecimiento poblacional y la baja tasa de natalidad, así como redefinir la política migratoria del país.

En el ámbito internacional, su primera prueba será la visita oficial del presidente de EE.UU., Donald Trump, en un momento clave para la seguridad regional ante el avance estratégico de China. A diferencia de sus predecesores, Takaichi ha optado por un tono más moderado en su política exterior y evitó visitar el controvertido santuario Yasukuni, gesto que podría favorecer las relaciones con Pekín y Seúl.

Con 64 años, Sanae Takaichi inicia su mandato con una agenda ambiciosa que busca romper con décadas de política dominada por hombres, revitalizar la economía y redefinir el papel de Japón en el mundo moderno.