Jurista refiere que la vacancia de Dina Boluarte cierra un capítulo político, pero exige justicia por más de 11 investigaciones fiscales


En el “Espacio Jurídico” de Radio Onda Azul, jurista sostuvo que la salida de Boluarte era inevitable por su baja aprobación y los escándalos de su gestión, aunque advirtió que el verdadero desafío ahora es garantizar justicia y estabilidad institucional.

En el programa “Espacio Jurídico” de Radio Onda Azul, el jurista Jacinto Ticona, analizó la reciente crisis política y la vacancia de la expresidenta Dina Boluarte, señalando que, si bien la medida responde a un reclamo ciudadano, no constituye una solución definitiva a los problemas estructurales del país.

Lamentó que, en los últimos diez años, el Perú haya tenido cerca de ocho presidentes entre electos y reemplazantes, lo que refleja una inestabilidad política crónica que afecta la confianza ciudadana y la gobernabilidad.

Respecto al caso de Dina Boluarte, sostuvo que su salida era inevitable debido al bajo respaldo popular y los múltiples escándalos que marcaron su gestión, entre ellos la represión a las protestas con decenas de muertos, los viajes en medio de crisis internas, el uso de joyas y relojes no declarados, y los presuntos actos de corrupción y violación de derechos humanos.

Con apenas 2% o 3% de aprobación, era un gobierno insostenible; pero la vacancia no resuelve el problema; ahora el siguiente capítulo es la justicia, existen más de once carpetas fiscales abiertas contra la expresidenta, y corresponde que el Ministerio Público avance las investigaciones con rigurosidad”, enfatizó.

Asimismo, precisó que la inmunidad de la exmandataria solo puede levantarse a través de una acusación constitucional, que debe ser presentada por el Fiscal de la Nación o por congresistas, y evaluada por la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales del Parlamento, “no basta la vacancia; el proceso continúa hasta que el Congreso autorice el levantamiento de la inmunidad”, detalló.

Finalmente, advirtió que la vacancia presidencial, por sí sola, no devolverá la calma al país, “si el nuevo mandatario no garantiza seguridad ciudadana, respeto a la vida y lucha real contra la corrupción, la población seguirá en las calles. El reto es enorme: pasar del discurso a las acciones concretas”, indicó.