La censura cultural bajo el gobierno de Dina Boluarte: un repaso a las atrocidades


La censura cultural bajo el gobierno de Dina
La censura cultural bajo el gobierno de Dina

Desde el maltrato a artistas hasta la manipulación de la cultura, el gobierno de Boluarte se destacó por su constante censura y ataque a la libertad cultural en Perú

El gobierno de Dina Boluarte será recordado por muchos factores, pero uno de los más notables es su postura represiva frente a la cultura y el arte en Perú. A lo largo de su gestión, la censura se convirtió en una herramienta clave para controlar y silenciar las voces críticas, especialmente aquellas que provenían del ámbito artístico y cultural. Desde protestas y expresiones creativas hasta leyes y actos oficiales, el ataque a la cultura fue una constante.

Uno de los episodios más sonados ocurrió en 2024, cuando el artista e ilustrador Juan Acevedo, reconocido por sus críticas al gobierno, fue despojado de su premio en la Casa de la Literatura Peruana, que le sería entregado en octubre. El «pecado» de Acevedo, según muchos, fue haber expresado su descontento con las decisiones de Boluarte durante las protestas del sur en 2022 y 2023. La cancelación del premio fue solo una de las muchas muestras de censura que marcaron un periodo de hostilidad hacia la libertad de expresión artística.

Además de los ataques directos a los artistas, el gobierno de Boluarte también aprobó leyes que favorecían intereses comerciales sobre la verdadera promoción de la cultura nacional. Un ejemplo claro fue la nueva ley de cine, que fue criticada por muchos como un atentado a la producción cinematográfica en el interior del país y una limitación al debate de ideas. Bajo la gestión de Boluarte, la ley de cine se transformó en una herramienta más para las élites, al aprobarse sin tomar en cuenta las necesidades del sector cultural independiente.

El maltrato a la cultura también se reflejó en el uso inapropiado de espacios emblemáticos como el Gran Teatro Nacional, que dejó de ser un símbolo de la cultura peruana para convertirse en un salón de recepciones burocráticas. Un hecho particularmente simbólico fue que, en el mismo teatro, se celebró el Día de la Madre por motivos completamente ajenos a la cultura, mientras que figuras clave como Nicolás Yerovi, un gran referente de la cultura peruana, no pudieron ser velados en el Ministerio de Cultura debido a sus críticas constantes al gobierno.

El desdén por la cultura y las artes bajo la administración de Dina Boluarte no solo quedó en palabras; fue una política sistemática que afectó la libertad de expresión y relegó a la cultura a un segundo plano en un país que necesita, más que nunca, de su riqueza creativa.