El obispo de Puno reflexiona sobre la fuerza de la oración en tiempos de crisis y fe
En un mundo agitado y lleno de incertidumbres, el obispo de la Diócesis de Puno, monseñor Jorge Pedro Carrión Pavlish, nos recuerda con firmeza que la oración no es un recurso opcional para el cristiano, sino el eje que sostiene nuestras decisiones, nuestra esperanza y nuestra vida entera.
Durante la Bendición y Misa de Domingo de Ramos, monseñor subrayó cómo Jesús, en los momentos más decisivos de su vida, nunca estuvo solo y siempre estaba acompañado por la oración. Desde su bautismo hasta la transfiguración, pasando por la elección de sus discípulos y, sobre todo, en el huerto de Getsemaní, Jesús dialogaba constantemente con el Padre. Es en ese diálogo donde se define su misión, su fuerza y su fidelidad.
“Jesús, en el huerto, no rechaza el sufrimiento, pero lo enfrenta con confianza. Le pide al Padre que lo libre, pero también acepta su voluntad con amor”, señaló.
Asimismo, dijo que la oración no es simplemente un acto piadoso, sino una transformación interior: “En la cima del monte, en la oración, Jesús es acompañado por Moisés y Elías. Allí no solo se transfigura su cuerpo, sino también su misión, sostenida por la historia y la promesa de Dios”, reflexionó.
En ese entender, el obispo también evocó el pasaje del Antiguo Testamento donde Jacob lucha toda la noche con un desconocido. “Solo quien es capaz de luchar con Dios, de enfrentarse incluso en la oscuridad, obtiene la bendición”, recordó, al tiempo de mencionar que esta imagen es profundamente actual, ya que, en nuestras muchas dudas, cuando no sabemos cómo continuar, cuando el miedo nos paraliza, es allí donde la oración nos permite luchar con fe y recibir fortaleza.
“Hay momentos en los que la confianza se nos escapa de las manos, donde no vemos salida, donde el sufrimiento parece más grande que nosotros. Pero en esos momentos es cuando más necesitamos recordar que Dios está de nuestro lado, que su amor no nos abandona y que su mensajero camina con nosotros”, precisó.
Monseñor Carrión Pavlish hizo un llamado a los fieles a no solo rezar, sino a vivir en oración, a mantener la conciencia viva de que la presencia de Dios no nos evita el dolor, pero sí nos da la fuerza para atravesarlo con sentido y esperanza.
“Jesús confía en el Padre, y nosotros también debemos confiar. Porque ese ‘Tú eres mi Hijo’ no es solo para Él, sino también para cada uno de nosotros que lo seguimos en fe, incluso cuando la oscuridad es densa y el camino parece incierto”.
Finalmente, recordó que el rostro amoroso del Padre está presente incluso en los momentos más duros, como un abrazo tierno que no quita el peso de la cruz, pero nos acompaña a llevarla.