Ante más de 200,000 fieles en la Plaza de San Pedro, el nuevo Papa recibió el palio y el Anillo del Pescador, y reafirmó su compromiso con una Iglesia fraterna, abierta a reformas y al diálogo global.
El domingo 18 de mayo de 2025, el Papa León XIV inició oficialmente su pontificado con una misa solemne en la Plaza de San Pedro, ante la presencia de más de 200,000 fieles y delegaciones de más de 150 países. Durante la ceremonia, recibió el palio y el Anillo del Pescador, símbolos tradicionales del poder pontificio. El palio, una banda de lana blanca con cruces negras, representa la autoridad pastoral del Papa como buen pastor. El Anillo del Pescador, una joya de oro con la imagen de San Pedro y el nombre del nuevo pontífice, simboliza la continuidad apostólica y la autoridad papal. Este anillo es destruido tras la muerte del Papa para evitar falsificaciones y marcar el fin de su pontificado.
En su homilía, León XIV hizo un llamado a la unidad y reconciliación en la Iglesia y en el mundo, destacando la necesidad de superar el odio, los prejuicios y la marginalización. Rechazó la figura de un líder solitario, presentándose como un hermano y servidor de la fe. Expresó su compromiso con una Iglesia más fraterna y menos polarizada, mostrando apertura hacia reformas iniciadas por su predecesor, como el mayor protagonismo de laicos y mujeres.
La ceremonia de entronización también contó con la presencia de líderes mundiales, incluyendo al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, con quien el Papa se reunió posteriormente para expresar su esperanza de una paz justa y duradera en la región. León XIV, de 69 años, se presentó visiblemente emocionado durante la ceremonia, destacando su humildad al afirmar que fue elegido sin méritos y comprometiéndose a servir como puente entre las diversas corrientes internas de la Iglesia.