El obispo de Puno destacó la dimensión espiritual de la elección del Papa León XIV, de raíces peruanas, y señaló los retos que enfrenta el nuevo pontífice en un contexto de conflictos globales y reformas eclesiales.
La reciente elección del cardenal Roberto Prevost Martínez, como nuevo Papa, quien ha adoptado el nombre de León XIV, ha generado múltiples reflexiones dentro de la Iglesia católica. En declaraciones, monseñor Jorge Pedro Carrión Pavlish, obispo de la Diócesis de Puno, destacó el carácter histórico y espiritual del proceso de sucesión papal.
“Cuando un papa fallece, no se elige al heredero del anterior, sino al sucesor de Pedro”, subrayó monseñor Carrión, al recordar que el nuevo pontífice no recibe una herencia personal, sino el encargo divino conferido a Pedro por Jesucristo.
La elección de Prevost Martínez ha sido recibida con sorpresa, sobre todo por su vínculo con el Perú. El nuevo Papa laboró por años como misionero en territorio peruano, fue provincial de la Orden de San Agustín, y posteriormente nombrado obispo de Chiclayo, para lo cual se nacionalizó peruano. También ejerció como administrador apostólico del Callao, antes de su designación en Roma como prefecto de la Congregación para los Obispos.
Sobre el nombre adoptado, León XIV, monseñor Carrión explicó que hace alusión a una tradición y al legado del Papa León XIII, quien gobernó a finales del siglo XIX. “El nombre también representa un programa, una línea pastoral, una evocación al magisterio”, señaló.
Respecto al proceso de elección, indicó que, si bien muchos de los cardenales actuales no se conocían previamente, al parecer hubo un consenso sólido en torno a Robert Prevost. “Parece que fue elegido en la tercera votación, lo cual indica una relativa unanimidad, aunque los detalles exactos se mantienen en reserva”, precisó.
Consultado sobre los desafíos del nuevo pontífice, el obispo de Puno mencionó tanto los conflictos globales como los problemas internos de la Iglesia. “El Papa ha hecho hincapié en su primer discurso en la paz, en un contexto internacional cargado de guerras, violencia y tensiones sociales. Pero también hay reformas pendientes al interior de la Iglesia que deben ser abordadas”, dijo.