El incidente ocurrido en la planta de Olympic Perú ha generado gran preocupación en la comunidad San Lucas de Colán, que lleva más de una década afectada por estos derrames
Un nuevo derrame de petróleo ha sacudido la región de Piura, específicamente en la planta operada por Olympic Perú Inc., en el caserío La Bocana, distrito de Colán, provincia de Paita. El incidente, registrado el martes 7 de enero, ha activado la intervención de diversas autoridades, ante la creciente preocupación por los efectos ambientales en la zona.
El Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), órgano adscrito al Ministerio del Ambiente, ha iniciado una supervisión exhaustiva para evaluar el impacto y origen del derrame, ocurrido en el pozo PN26D del Lote XIII. La supervisión también se centrará en verificar las acciones de respuesta implementadas por la petrolera. En este proceso, el OEFA tomará muestras de suelo en la zona afectada para analizarlas en un laboratorio acreditado, cuyos resultados serán comunicados oportunamente.
Además del OEFA, el Ministerio Público y la Policía Nacional del Perú (PNP) se han hecho presentes en el lugar para realizar diligencias preliminares, aunque hasta el momento no se han revelado más detalles sobre las investigaciones en curso.
Este derrame es parte de una serie de incidentes que afectan la región desde hace más de una década. En julio de 2020, un derrame en la sección A del Lote XIII de Olympic Perú afectó áreas agrícolas y una langostinera, elementos clave en la economía local. Manuel Dioses Castro, presidente de la comunidad campesina San Lucas de Colán, calificó este nuevo derrame como “un hecho indignante” y enfatizó el daño irreparable a las tierras y recursos naturales de la zona. La comunidad ha presentado denuncias ante el OEFA y Osinergmin, exigiendo una investigación rigurosa y sanciones a la empresa.
Por su parte, Olympic Perú ha asegurado que monitorea constantemente sus líneas de conducción de petróleo y que se activaron los protocolos ambientales al detectar el derrame. Sin embargo, la relación entre la comunidad y la empresa se ha deteriorado, dejando un profundo sentimiento de desconfianza en la región.
Fuente: Infobae