Obispo de Puno: “Con María celebramos la entrada de la gracia de Dios al mundo”


Obispo de Puno
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En la Misa de la Natividad, monseñor Carrión reflexionó sobre la vida de la Virgen María

En la víspera, el obispo de la Diócesis de Puno, monseñor Jorge Pedro Carrión Pavlich, celebró la Misa Vespertina en honor a la Natividad de la Santísima Virgen María. Dijo que esta fiesta nos recuerda lo excepcional que es María, quien fue elegida desde la eternidad para servir de puente a través del cual se acerca Dios hacia el mundo.

“Ella es como el puente, cuyos pilares se encuentran en la orilla de la eternidad en Dios y del mundo de los hombres. Entre ambas orillas se encuentra un gran abismo que es el pecado”, dijo, y agregó que a través de ese puente Dios se acerca a la humanidad por medio de su hijo Jesucristo.

Mencionó que no se sabe la fecha exacta de la fiesta de la Natividad de María, pero que se debe celebrar con gratitud y no con festejos mundanos. “Antiguamente se traía una torta para cantarle Happy Birthday a la Virgen, pero eso no tiene nada que ver con María. Debemos celebrar la gratitud y reconocer en ella la certeza de que Jesús nos dejó a su madre al pie de la cruz”, indicó.

Con el nacimiento de María, celebramos el ingreso de la gracia al mundo. “Recordamos el toque de Dios en medio de la humanidad, que no tuvo signos de grandeza. María proviene de una familia sencilla que inicia labrando en el pasado y que es la promesa de Dios a los hombres. Es llamada ‘Bendita entre todas las mujeres’. Ninguna mujer ha sido llamada así”, señaló.

Reflexionó que nuestra respuesta debe ser tomar consciencia de nuestra vida. “No debemos tapar o encubrir esos momentos difíciles de dolor que cada familia tiene. Debemos mirar con serenidad esas situaciones y buscar la redención para superar el sufrimiento, el dolor y la desesperación”, dijo.

En segundo lugar, mencionó que debemos dar gracias a Dios que nos ha regalado una mujer única, porque el pecado no ha podido con ella. Asimismo, instó a esforzarnos en imitar a María en su santidad, que proviene de la escucha. “Jesús habla y dice: benditos los que escuchan la palabra de Dios y la siguen. La escucha nos integra en la familia del Señor. Eso es lo que María hizo a lo largo de su vida”, mencionó.