Obispo de Puno en Ordenación Sacerdotal y Diaconal: “debemos entregar todo a Dios porque quien da recibe más”


Obispo

Con gratitud a Dios, el obispo de la Diócesis San Carlos Borromeo de Puno, monseñor Jorge Pedro Carrión Pavlich, celebró el sacramento de Orden Sacerdotal y Diaconal a nuestros hermanos seminaristas en la Catedral de Puno

Los hermanos Clemente Quispe Nuñez y Javier Pari Chambi, dijeron sí a la consagración al ministerio del servicio a la Iglesia y a Dios (ordenación sacerdotal). Mientras que confirieron el diaconado a Wilber Choquehuanca Mamani y Ever Ali Ramos Canaza.

Monseñor Jorge Carrión Pavlich, citando el evangelio de Juan, reflexionó que, para entender el ministerio de servicio al Señor, es importante el valor de la Eucaristía, que no es la Última Cena, sino, el entendimiento de la oración que hace Jesús a su Padre.

Por ejemplo, en el relato del Milagro de Los Panes, el apóstol Juan valora los elementos simbólicos y profundiza la Eucaristía con las palabras de Cristo – Al levantar Jesús los ojos y ver que venía hacia Él mucha gente, dice a Felipe: “¿Dónde vamos a comprar panes para que coman?” Felipe le contestó: “Doscientos denarios de pan no bastan para que cada uno tome un poco” – “Jesús está probando a Felipe” resalta monseñor Carrión Pavlich.

Jesús quiere ver cómo reacciona Felipe, quien se apega en su lógica humana, de antiguo humano, a tener y poseer dinero para comprar pan. El Señor, al escuchar su respuesta le invita a que cambie con una nueva mentalidad.

Ser sacerdote, ser ministro, significa cambiar de mentalidad. En el fragmento del evangelio, monseñor Pavlich invita a que diferenciemos entre el pensamiento de los hombres y el de Jesús. Motivo por el que sostiene, es difícil mantener una mentalidad nueva. En tanto, pide que salgamos de ese espacio esclavizado por una idea de amor al prójimo.

Para tener una mentalidad nueva, que nos ayude a encontrarnos con el Señor, monseñor Pavlich recomienda dejar de lado el pensamiento egocéntrico de beneficio personal e invita a que pensemos en el prójimo.  “A veces pensamos en el bien personal, de llenar el estómago con pasiones y no seguir al Señor” dijo.

Para el camino de la conversión, dirigiéndose a los presbíteros y diáconos, reflexionó que debemos entregar todo a Dios porque quien da recibe más. “Mientras temamos por nosotros mismos, nada cambiará en el mundo, porque, a fin de cuentas, el hombre intentará siempre salvaguardarse asimismo acumulando cosas para sí” dijo.