Durante la misa por el Día del Juez, monseñor Jorge Carrión recordó que la justicia debe estar guiada por valores, no intereses
El obispo de la Diócesis de Puno, monseñor Jorge Pedro Carrión Pavlish, saludó la decisión de los magistrados y trabajadores judiciales de la Corte Superior de Justicia de haber retomado una antigua tradición puneña que había pasado al olvido. “Revisando el archivo diocesano, a mitad del siglo XIX se pidió al obispo de ese entonces sacar la imagen guardada del Justo Juez, patrono de la Corte Superior de Puno. Han pasado más de 100 años y se ha vuelto a realizar. Esperamos que se pueda asegurar su futuro”, indicó el obispo al inicio de la misa de acción de gracias por el Día del Juez y la Jueza.
De la misma forma, invitó a los magistrados del Poder Judicial de Puno a leer y releer el texto del proceso judicial que se hizo a Cristo Jesús, en especial el Evangelio de San Juan. “¿Quién acusa a Jesús? ¿Es el pueblo judío o la masa? ¿Acaso es ese grupo de autoridades que son miembros del Sanedrín, los sumos sacerdotes?”, preguntó a los asistentes.
Por ello, manifestó que el juez y la jueza están obligados a profundizar sus labores, ver las circunstancias que los rodean, principalmente en la toma de decisiones. “La verdad que se busca instaurar nunca es fácil, sino difícil, porque está condicionada por muchos elementos y, en muchas situaciones, a intereses de personas y grupos. Las circunstancias históricas concretas, donde incluso los asistentes a la sentencia, convencidos de cómo piensan, cómo opinan y cómo gritan, creen que tienen la razón. Igual en el caso de Jesús, pidieron su crucifixión y no supieron lo que estaban pidiendo”, explicó el obispo, quien también afirmó que esta misma situación se presenta hoy en día.
Monseñor Jorge Carrión manifestó que el texto del Evangelio de San Juan puede ayudar a los jueces en su tarea como magistrados, para que su conducta y comportamiento sean transparentes y justos. “Para que aquella imagen sea una luz en su camino, para que el Justo Juez les dé el valor necesario. Ustedes conocen las normas y leyes, pero debe haber una mayor integridad en ética y moral. Que el Justo Juez les ayude a ser personas más justas”, reflexionó en su homilía.
Invocó a los magistrados a enfrentar su misión sin miedo. Pidió que siempre recen al Señor para que los fortalezca y los ilumine, que los ayude a buscar la verdad y no las componendas. “Uno de los desastres más grandes que atraviesa nuestro país es cuando los intereses de las personas y los grupos juegan y cambian las normas y leyes a su antojo”, manifestó. Consideró que muchas acusaciones falsas y erróneas se deben a intereses particulares y no al bien común.