Todos hablan de los miles y millones de dólares que ha generado la Festividad ¿y la fe? ¿y la Virgen? Hemos perdido el amor de Dios, nos hemos dejado cegar por las posibilidades económicas, dijo el obispo
El obispo de la Diócesis de Puno, monseñor Jorge Pedro Carrión Pavlish, condenó que, así como en la historia, la economía secular hoy en día se haya apoderado del templo, convirtiéndolo en un banco con mercado. Comparó este hecho con la Festividad Virgen de la Candelaria, que con el pretexto de devoción se haya mercantilizado a la Virgen, “todos hablan de los miles y millones de dólares que ha generado la Festividad ¿y la fe? ¿y la Virgen? Hemos perdido el amor de Dios, nos hemos dejado cegar por las posibilidades económicas y hemos perdido el amor de Dios”, expresó el obispo en la misa del tercer Domingo de la Cuaresma.
Cabe precisar que, el obispo de Puno, explicó la lectura del Santo Evangelio del domingo, donde presenta la escena de Jesús expulsando a los mercaderes del templo, cuando Jesús derriba las mesas de los cambistas y amonesta a todos diciendo: “No hagan de la casa de mi Padre un mercado”, relató.
Recordó que, los textos del evangelio nos relatan de realidades y verdades, “no son un cuento de hadas, aquí se habla de realidades concretas y tenemos que descubrir esa verdad en nuestras vidas”, indicó monseñor Jorge Carrión. Explicó que, así como Simón de Sirene, hoy en día muchos son obligados a cargar con el dolor de los demás.
El obispo de Puno, pidió no usar a Maria la Virgen y a Dios para nuestros fines o intereses particulares, “aprendamos a ver la verdad de nuestra existencia y luchemos por ella, aun cuando Jesús haya arrojado el templo (que hoy se representa nuestros corazones) todas nuestras pertenencias. Lo dijo, mi casa, es mi casa de oración, aquí no se trata de una casa material, sino la casa interior que llevamos cada uno de nosotros, esa casa debe ser el templo de Dios, construida con la fe en Cristo y adornados con las virtudes de la vida”, indicó.
Finalmente, invitó a la feligresía a hacer resplandecer la casa de oración que hoy llevamos por dentro, “que esa casa brille el sábado santo y que sea un día de gloria, que brille la presencia de Dios en cada uno de nosotros”, enfatizó la autoridad eclesial de la Diócesis de Puno; al tiempo de recordar que todos somos hijos de Dios.