El obispo de la Diócesis San Carlos Borromeo de Puno, Monseñor Jorge Pedro Carrión Pavlich, celebró en la Basílica Menor de la Catedral, la Misa Crismal. Durante la homilía señaló que la escena del lavado de pies de los discípulos en la última cena del Señor, está relacionado a la acción de purificación del alma.
Puso como ejemplo que en nuestra vida podemos estar limpios por el sacramento de la penitencia, sin embargo, en el cambio nos ensuciamos. “Nos lavamos del pecado mortal, pero no de los pecados veniales y quien lava el pecado venial es Jesús”, dijo.
Además, señaló que el lavado de los pies a los discípulos se relaciona con la preparación para predicar el evangelio. “Los apóstoles ya son puros, en virtud humana, pero necesitan recibir la gracia divina para alcanzar la perfección, para ello necesitan ser purificados por Cristo”, agregó.
“Sin Jesús nadie llega a estar limpio ante Dios” dijo y se refirió a los sacerdotes que celebran la eucaristía en los templos. “Somos sacerdotes y hemos visto en muchos sitios que tenemos el templo parroquial, pero mantenemos la casa de Dios descuidada (…), nos sentimos limpios y creo que es el problema en nuestra vida sacerdotal”, reflexionó.
Finalmente dijo que la escena del lavatorio de los pies, no es simplemente una costumbre o tradición, ya que se trata de que Jesús nos limpie del pecado para hacernos perfectos. Asimismo, alentó a los sacerdotes a renovar las promesas que hicieron ante los obispos durante su ordenación sacerdotal.