“Atravesar las puertas del Señor con himnos de gracia y cantos de alabanza”. Es la fórmula que pronunció el Santo Padre al abrir la entrada de la iglesia de San Julio – la 19ª Parroquia de su diócesis que visita desde el inicio de su pontificado – donde celebró diversos encuentros con todos sus miembros.
El Pontífice presidio el rito de la dedicación del altar. No pronunció la homilía, sino que permaneció en oración, en silencio, con las manos juntas y la cabeza inclinada.
Rezó el Credo, la profesión de la fe cristiana y las letanías de los santos, a lo que siguió la deposición de las reliquias en el altar. Y antes de la celebración de la Misa, como suele hacer en estos casos, el Papa Bergoglio confesó, en esta ocasión, a tres jóvenes y a una madre.
Fuente: Radio Vaticano